Manolo Saco vuelve a dedicar hoy a su público en Público una nueva ración de potaje desestructurado de bilis.

Dice la "criatura", por seguir la doctrina marcada por Bibi y Trini, sobre la próxima visita de ZP a Benedicto XVI que el Vaticano está gobernado por "un príncipe, no en nombre del pueblo, sino en representación de un dios que nadie ha visto".
Pues yo conozco a un tipo elegido por el pueblo que se cree un dios y te aseguro que no es muy bueno.

Y sigue asegurando que en ese lugar tan perverso al que va a ir ZP "la mujer sólo existe para cumplir con sus funcionas subordinadas de servicio doméstico", tontería a la que no voy a dedicar un minuto.

Pero, ¡ay! amigo ¿qué hay en el fondo del saco? "Un régimen terrorista". Así de sencillo. Esa es la aguda definición que ha parido por las meninges semejante especímen. Y encima tiene la desfachatez (uy uy uy!! he dicho "facha", aunque sea en medio de una palabra)  de argumentar que el "poder" del Vaticano "se basa en el terror que infunde en los católicos, a los que amenaza con la tortura eterna si no cumplen con sus leyes supranacionales".

Manolete, inventate otro que este no cuela...

Y de lo de hablar del Papa como "antiguo militante de las Juventudes Hitlerianas", una recomendación: leer es muy bueno.