Si formas parte ya del grupo de personas que se llaman mayores, ancianas, viejas.

- Si vives en el atardecer de tu vida.

- Si has trabajado y servido; sufrido y gozado.

- Si todos buscan sus intereses y ves que nadie ya te necesita o tal vez se te arrincona...

Por favor: No te amargues ni te endurezcas.

- Si tus fuerzas te van abandonando.

- Si antes tenías a mucha gente a tu lado y ahora experimentas la soledad.


- Si la enfermedad hace mella en ti...

Por favor: No bajes la guardia ni te desanimes.

- Si has sabido dar sentido y valor a la vida.

- Si evitas querer ser más que los otros.

- Si has procurado ser justo, has hecho el bien y te dejas llevar por la bondad...

Dale gracias a Dios y sigue el camino.

Viola Renwall es una anciana finlandesa. Ha escrito una bella oración:

     «Señor, dame tranquilidad. Me confío a ti.

     »Dame alegría. Tú eres la fuente de la alegría.

     »Dame bondad. Me encomiendo a tu bondad.

     »Ayúdame a reconciliar a los amargados.

     »Dame fuerzas para confortar a los heridos.

     »Ayúdame a consolar a los tristes y a los abandonados.

     »Señor, redentor mío, mi reconciliador y mi consolador:

     - bendíceme,

     - protégeme y

     - dame paz.»







Alimbau, J.M. (1998).  Palabras para momentos difíciles. Barcelona: Ediciones STJ.