INTRODUCCION

Eclesiástico y Eclesiastés son los nombres de dos libros bíblicos del Antiguo Testamento que, a pesar del parecido de los dos nombres, no tienen más relación entre sí que el hecho de pertenecer a la Biblia.

El texto del Eclesiastés es algo disolvente, mientras que el del Eclesiástico es muy sensato. En el siglo III y II a.C. los dos sabios de Israel reaccionaron frente a la civilización helenística que estaba sumergiendo a todo el Próximo Oriente. Cohélet interroga a la experiencia humana en el libro del Eclesiástico, mientras que Sirac enseña la tradición judía en el de Eclesiastés.

ECLESIASTES

La Biblia hebrea denomina a este libro Quoelet o Cohélet, palabra que significa ‘predicador’ o ‘asambleísta’. Es un conjunto sin orden de ideas, como si el autor lo hubiera compuesto en el tiempo, sin una ordenación clara y concisa de ideas. Habla de temas tales como de la vanidad, interés, pena, trabajo, preocupación, alegría, felicidad y placer.

Es un libro paradójico, no del todo fácil de entender. Nos presenta el tema de la felicidad humana y fue escrito hacia los siglos IV y III a.C. Tiene como eje central la idea de que el hombre, cuando está colmado de bienes y de riquezas, no logra retener la felicidad de la que, según el autor, es vanidad de vanidades.

El autor del libro se llama a sí mismo Quoelet o Cohélet. La Septuaginta griega traduce el título del libro como ‘Ekklesiastés’, que significa ‘miembro de la congregación’ o ‘de la asamblea’, y de este título se deriva el de ‘Eclesiastés’. Sin embargo, una traducción más aproximada de Cohélet es ‘el congregador’, lo cual se aplica mejor aún a Salomón e indica el propósito con el que el autor escribió el libro.

Actualmente su autoría se considera un misterio. Muchos eruditos niegan la autoría salomónica del libro, y comentan que se atribuía a Salomón cualquier obra de tema filosófico de la que se desconocía el autor. En este caso el autor parece ser un hombre ilustrado que sabe lo que ocurre fuera de las fronteras de Israel; ha viajado y ha estado en profundo y prolongado contacto con el helenismo.

El libro del Eclesiastés estaba en el canon judío en el siglo I d.C. y, aunque se elevaron dudas en este aspecto, en Concilio de Jamnia (70-90 d.C.) los disipó. Se han encontrado fragmentos de este libro en las cuevas de Qumrán, el lugar de residencia de los esenios, junto al Mar Muerto.

El título de libro del Eclesiastés no debe confundirse con el libro del Eclesiástico, que es otro libro sapiencial del Antiguo Testamento.

ECLESIASTICO

Su nombre en castellano, el Eclesiástico, proviene de la voz latina ‘Ecclesiasticus’, nombre que le asignó San Jerónimo en la Biblia latina, la Vulgata, y que a su vez proviene de la expresión griega “Ekklesiastikon’, que significa ‘el libro de la Iglesia’, nombre dado por Cipriano de Cartago, Padre de la Iglesia, quien vivió entre los siglos II y III d.C. (160 al 258), en clara referencia al uso que de dicho libro hacía la Iglesia a causa de sus ricos contenidos morales.

En la Biblia Septuaginta el libro del Eclesiástico lleva el título de ‘Libro de la sabiduría de Jesús, hijo de Sirac’. De ahí que recibiera el sobrenombre de ‘Sirácide’ o ‘Sirácida’. El autor fue Ben Sirac, quien emigró desde Israel a Egipto, y su nieto lo tradujo a la lengua griega cuando éste llegó a residir a Egipto hacia el año 190 d.C.

El Eclesiástico es uno de los siete libros que se encuentran en la Biblia griega, pero no en la hebrea, y que acepta la Iglesia Católica, aún que no es aceptado por las iglesias protestantes, por que lo consideran como apócrifo. Existió el original hebreo de este libro, el cual se perdió posteriormente, por lo que durante siglos la única versión que había era la griega. Pero a fines del siglo XIX se encontró una copia muy amplia en el idioma original hebreo.

Algunos exponentes sugieren que Sirácides debió pertenecer a la escuela judía saducea, o tal vez era un simpatizante de sus ideas. Pero dado que una parte del libro fue hallado entre los rollos manuscritos del Mar Muerto, y otra parte en las ruinas del fuerte de Masada, es mucho más probable que esta obra hubiera sido un texto plenamente aceptado al que se recurría para alentar la fe en diferentes escuelas de judíos. El libro del Eclesiástico o Sirácide constituye un apreciable y casi único testimonio de la realidad de su tiempo y de las costumbres y usos judíos.

Tal como el propio nieto de Ben Sirac señala en el prólogo del libro, éste está dirigido a los judíos que están deseosos de regir su propia vida de acuerdo con la Ley, sin olvidar a los paganos que deseen saber qué les espera al asumir a Yahvé Dios. El libro de la Sirácide intenta mantener la integridad de la fe religiosa yahvista, y poder así contribuir a la depuración y purificación de usos y costumbres que cada vez se iban tiñendo más de infiltraciones helenísticas.

El libro del Eclesiastés contiene, sobre todo, normas éticas, por lo cual se asemeja considerablemente al libro de Proverbios. Trata de diversos temas, desde sencillas reglas de cortesía, humanidad y urbanidad, hasta preceptos sobre el culto, superación de pruebas y el temor a Dios, así como las normas respecto a los deberes para con el estado, la sociedad y el prójimo.

BIBLIOGRAFIA

.- Introducción crítica al Antiguo Testamento   -   Henry Cazelles

.- ¿Dónde se encuentra la sabiduría?   -   Harold Bloom

.- Eclesiastés o Cohélet   -   José Vílchez Líndez

.- Cuando nada te basta   -   Harold S. Kushner