Santa Hildegarda de Bingen. Alma sana, cuerpo sano.

 

Hace casi nueve siglos se abrió el cielo para  santa Hildegarda y vio y escuchó secretos que hasta entonces (exceptuando a Adán y Eva antes de la caída, como ella misma nos dice) nadie había conocido como ella, resumiendo: que  la música y  la medicina, el cosmos y la teología, están  interrelacionados y conforman una unidad armónica

 

Toda su vida estuvo bebiendo de  la Fuente Divina gracias a sus  Visiones y a la Voz que se las explicaba y, sin embargo, debido al pensamiento dominante en nuestra sociedad actual, muchos trabajos científicos sobre la obra y la vida de santa Hildegarda, hacen una lectura tan impregnada de la cosmovisión predominate en la actualidad, en la que Dios tiene tan poca presencia, que muchos leen sus escritos con unas “gafas” provistas de cristales teñidos con sus propios prejuicios. Estas “gafas” les impiden ver  que todas las obras de la santa tienden  a la  Sanación y a la Salvacion del hombre.

 

Cada uno de sus  himnos, cada una de sus  visiones,  cada receta de sus remedios  y, en general,  a lo largo  de  todos sus textos, pretende   unirnos a la Energía de la Vida y la Curación que impregna el Universo del que formamos parte. Esta fuerza  curativa actúa  también en los corazones humanos porque hunde  sus raíces en las impenetrables profundidades de nuestras almas. El Creador del universo permitió  a Hildegarda “echar un vistazo” a su Plan Creador  para que nos orientara a los demás.

 

Gracias a santa  Hildegarda vemos a Dios omnipotente en su trono, Creador del Universo, al cual  ordena y mantiene en su armonía e integridad, Juez y Sanador  que habita toda la Creación.

 

Santa Hildegarda describe el interior de nuestra “Ciudad Espiritual” en la cual  las fuerzas divinas  agrupadas según unos vectores o grupos, realizan  incansables su trabajo.  Dicho de otra forma, son 35 fuerzas que fortalecen nuestra alma a las que llamamos virtudes.  Dichas virtudes se enfrentan sin cesar a  35 fuerzas antagonistas que amenazan la vida,  fuerzas que pertenecen al mundo material, las llamadas debilidades o vicios.

 

Ante nosotros  Santa Hildegarda despliega un drama  impresionante. En el cual  somos, a la vez, espectadores  y actores. Nuestros pensamientos, decisiones, ideas y sentimientos cotidianos  se representan como personajes que  entran en escena  como “virtudes” y “vicios”.  A lo largo de nuestra vida, juegan  un papel  decisivo en lo referente a  nuestra salud, fortuna o desgracia, alegría o tristeza….

 

Los 35 “vicios o defectos psicosociales” del mundo material son responsables de enfermedades que contaminan a toda la humanidad y pueden despeñarla por un precipicio.

 

En frente, y combatiendo contra ellos,  hay una realidad  totalmente distinta: las llamadas 35 “virtudes” que con su fuerza subliman la condición humana descubriendo su naturaleza divina. Nos toman de la mano y nos guían a un lugar completamente diferente, hacia nuestra propia Ciudad Espiritual: el Reino de Dios, en el cual se nos  permite vivir y actuar según nuestra  verdadera naturaleza. Así se nos descubre  un mundo en el que todos  podemos sentirnos bien, donde somos capaces de eliminar  los bloqueos que nos impiden realizarnos en plenitud.

 

Numerosos estudios científicos, publicados en los últimos años, han confirmado en nuestro tiempo lo que ya sabía Santa Hildegarda: que un modo de vida razonable y una alimentación sana influyen en un 80 % en nuestro estado de salud. Solo el 10 % del total de factores que atacan nuestra salud son de origen genético o dependen del entorno en el que vivimos, el 10% restante tendrían otras causas de compleja catalogación. Según estos datos se podrían reducir, tanto los casos de cáncer como los de enfermedades autoinmunes, mediante un estilo de vida sensato y una alimentación equilibrada en casi un 80 por ciento.

 

En posts sucesivos iremos explicando estos pares antagónicos y su repercusión en nosotros y nuestro estado de salud, intercalando otros posts más prácticos con recetas o remedios que la santa recomienda para diferentes aplicaciones.

 

Para los que no lo conocen aún, recomendamos la lectura del Manual de Medicina de Santa Hildegarda de Bingen que es un buen medio para introducirse en las enseñanzas de la santa sobre la salud.