Recogían ayer en sus portadas los diarios nacionales el gran éxito (cinco orejas de seis toros) del diestro José Tomás en la Monumental de Barcelona, con lleno hasta la bandera. Sabido es la insistente campaña antitaurina que hay montada en Cataluña contra la fiesta nacional. No tanto por lo de fiesta, sino por lo de nacional. El toro bravo es cosa privativa de España, de sus pastos calientes, de las marismas de la baja Andalucía. Tan arraigadas están las corridas de toros en las costumbres del pueblo español que merecieron el nombre de fiesta nacional. Borrón y cuenta nueva. El arte del toreo como tal arte, empieza conmigo, sentenció Belmonte. Ahora los puristas de la fiesta harán sus comparaciones. Se reeditará aquello que dijo El Guerrita a caballo entre dos siglos: Después de mí “naide”, después de “naide”, José Tomás. Como la estupidez, la incoherencia de la izquierda es de las cosas más abundantes en la tierra. Ahora el padrecito Zapatero postula el perfil liberal del PSOE. Actualiza el pensamiento de Indalecio Prieto, Don Inda: Soy socialista a fuer de liberal. Claro que la especialidad de la izquierda es propalar mentiras y generar manipulación. Adolece de un sinfín de rémoras, entre ellas, el poner siempre los intereses del partido por encima de los intereses generales y su hipocresía fundamental. La izquierda rechaza todo lo que sea limitar la libertad hasta que accede al poder. Cuando toma éste hace funcionar sus procedimientos anuladores de la libertad humana. E incapaz de superar su sectarismo y de hacer juego limpio, desprecia a todo el que no piensa como él ¿Liberal Zapatero? Será en los EE.UU.