Llevamos casi todo un año entretenidos, tanto en el mejor como en el peor de los sentidos, con uno de los proyectos más innovadores y popularizados de la Inteligencia Artificial. Hay una emergencia considerable de visos de optimismo y de preocupación entre distintos entornos de pensamiento.

Las últimas semanas de 2022 derivaron en la eclosión del producto ChatGPT, tras años de entrenamiento con distintos modelos de transformadores generativos pre-entrenados que, haciendo uso de redes neuronales pre-entrenadas con grandes volúmenes de datos, han ido sofisticando la generación de nuevo contenido, no solo textual.

Ese producto es, precisamente, un chatbot o asistente virtual conversacional que va respondiendo a distintas preguntas que el usuario le va haciendo. La persona puede sentir que está "chateando", es decir, que está haciendo lo mismo que con una herramienta de mensajería como WhatsappFacebook MessengerTelegram.

Pero el entretenimiento es porque, a raíz del masivo entrenamiento sobre volúmenes de datos cada vez mayores (tanto dentro como fuera del conjunto seleccionado) y de las facetas generativas de estos prototipos inteligentes, el usuario puede obtener en pocos segundos muchas cosas que igual no entiende o le llevarían mucho tiempo.

Podemos hablar del desarrollo de integrales y derivadas matemáticas, del análisis de un contexto estadístico, de la preparación de una invitación a una fiesta o un evento, de la asistencia a ingenieros y programadores, o de la respuesta cuasi enciclopédica a más de una cuestión (por ejemplo, sobre biología o sobre historia).

Esto ha dado lugar a muchas preocupaciones. Entre estas están la pérdida de empleo (a consecuencia de una innegable automatización de procesos, en cierto sentido) y el aborregamiento con alumnos improductivos (se teme que nadie se molestará en reflexionar, contrastar o ser asistido con personas de alta experiencia).

Más allá de la cuestión bioética aplicada a la tecnología, no son pocos los que temen sentirse improductivos o privados de oportunidades de remuneración y consiguiente desarrollo personal y profesional. Pero también hay otros temores que pueden existir aunque sean menos comunes en la conversación habitual.

En cierto modo, me atrevo a pronosticar que existen ciertos temores de una subversión artificial en lo concerniente al más allá, al Creador del libre y natural orden espontáneo en el que nos encontramos, a la misión no coactivamente encomendada de transmitir su Palabra por el orbe...

Saber diseccionar los distintos hechos

Es cierto que el modelo de datos que ha sido entrenado para las facetas generativas de esta solución tecnológica tiene un sesgo algo corrompido, por cuanto y en tanto le hace más de un guiño a los distintos subordinados del responsable mayor del Mal, del promotor de las mayores compilaciones posibles de pecados.

Aunque prototipos como ChatGPT intentan dar una respuesta neutral y mesurada cuando se le pregunta acerca de ciertos movimientos católicos o ciertos procedimientos médicos, tiende a tener un sesgo considerable a la hora de contrastar afirmaciones o de dar ciertas respuestas.

Ese sesgo puede apreciarse, por ejemplo, cuando se afirma que el aborto es un asesinato, que la transexualidad es una patología y que no es conveniente que los niños tengan dos padres o dos madres (en línea con el Informe Rekers). Siempre se evita dejar descuidado el "estatus de verdad oficial".

Ocurre esto en cuestiones económicas, en las que, siempre que se puede, se trata de mantener la inclinación hacia la aplicación de cierta compilación de pecados capitales que se expresa y manifiesta como criterio de planificación centralizada. Por ejemplo, cuando se habla de impuestos o de criptomonedas.

Es posible también que haya alguna brecha a la hora de examinar versiones de escrituras religiosas y doctrinales que pudieran estar desviadas o poseer de otra clase de malas interpretaciones (ocurre por ejemplo con ciertas Biblias protestantes o con textos sujetos a la subversión post-conciliar, de agentes como los "teólogos de la liberación"...).

Incluso hay quien puede pensar que puede servir para hacer una supresión de párrocos y de directores espirituales ante una supuesta mayor sofisticación de la resolución conversacional que caracteriza su funcionamiento. Pero quizá no haya que tener miedo, sino ver nichos de oportunidad para la acción.

La clave está en ser consciente tanto sobre el modelo de datos y las alucinaciones (respuestas con cierto "desbordamiento" conforme a algo más verídico) y el hecho de que la solución va más allá de conectar todo a fuentes de repositorios documentales estructurados que puedan mitigar ese supuesto "segundo fenómeno".

Pese a que el carácter disperso y distribuido de la red de redes es una amenaza progresiva para el pensamiento único, no se puede negar que muchos de los servicios más demandados a día de hoy dependen de entidades corporativistas (renegadas de la economía de mercado) y "woke". Promueven la "cultura de la cancelación".

El nicho de acción, cada vez más evidente, y la censura aplicada (con los correspondientes sesgos directos e indirectos) posibilitan que el rango de fuentes favorables a la plétora revolucionaria sea bastante voluminoso. Y recordemos que estas redes neuronales responderán en función de lo que se haya entrenado previamente.

Con lo cual, sin renunciar a la calle, por cuanto y en tanto la tecnología es un mero medio que nos ayuda en muchos aspectos, hay que librar la necesaria batalla en la red de redes para convertirnos en apóstoles de la Verdad, generando un amplio bagaje de contenidos, en distintos formatos, a nuestra manera.

Además, que "el ChatGPT te dé todo resuelto" es absolutamente falso. No hace falta enredarse en múltiples dimes y diretes, sino ser conscientes de que cuando se quiere algo, hay que saber cómo, de qué manera y qué condiciones, habiendo de evaluar el resultado final.

Generativo no es sinónimo de magia absoluta. Generativo quiere decir que puede producir un resultado que trascienda la mera idea de punto de información. Se puede obtener algo más, como puede ser un texto, un documento, una imagen o un vídeo (te preparan algo para lo que puedes buscar algo).

Pero, como se ha dicho, hay que dar instrucciones. De ahí que haya que saber elaborar los prompts a fin de ajustar mejor el resultado (por ejemplo, conectándose a un directorio, añadiendo varios ejemplos, verificando la respuesta o desarrollando todo un contexto razonado y lógico que dé soporte). No es siempre cuestión de "mera palabreja".

Ese saber elaborar requiere de un esfuerzo mental previo, de un buen dote de desarrollo lógico-abstracto en lenguaje natural. Del mismo modo, el análisis de las respuestas no solo puede llevarnos a verificar si algo está bien o está mal, sino que puede que tengamos que ir encadenando preguntas y respuestas para llegar al resultado final

Dicho esto, hay que decir que las facetas más importantes para que uno se pueda encontrar libremente con Dios no están amenazadas, sino que tienen una gran oportunidad. La cosa es que los enemigos del Mal (socialistas, secularistas radicales, revolucionarios de índoles diversas...) temen que pienses y razones, porque eso te acerca a la Verdad natural.