Las Nuevas Generaciones del PP en Vascongadas (con las que contribuí como refuerzo en colegios electorales en alguna ocasión, cosa de la que me honro), acaban de asegurar que "hay que hacer normal lo que es normal en la calle", en relación a la ponencia del congreso regional juvenil del PP vasco en la que se defiende con entusiasmo el matrimonio entre personas del mismo sexo.




Cabe preguntarse: ¿Y si hubiéramos aplicado esa ideíca a la guerrilla callejera de los cachorros de ETA, tan normal durante demasiados años en las calles de las ciudades vascas? ¿Por qué esa "normalidad" debía ser combatida y no ésta?

Evidentemente, porque se ha hecho un juicio moral previo sobre la cuestión. Y está claro cuál es el que se ha hecho desde el PP vasco. 

Eso de que "lo normal es bueno" y por tanto, objeto de reconocimiento y protección por parte de las leyes, es una tontería como un piano. 

Una pena, desde luego. Cosas de la "política pop".