Alejandro García, que vive en esta parroquia de la calle Francisco l. Madero, fue quien avisó a la policía. La noche del miércoles al regresar de realizar algunas compras encontró la puerta abierta y las luces de la recámara de la víctima encendidas. Indicó que al entrar a revisar, encontró sin vida al párroco de 73 años en su recamara, con las manos hacia atrás amarradas con cinta adhesiva. También habían tapado su boca con esta cinta. Fue degollado con un arma cortante.
No está claro el motivo del crimen, porque aunque se sospecha que los agresores buscaban robar no parece que hayan llegado a llevarse nada de la parroquia.
Los parroquianos lloran a su párroco con flores y velas y lamentan ahora que ellos impidieron su traslado a otra parroquia hace dos años porque lo apreciaban mucho. Trabajaba con los más necesitados del barrio, con apoyo anímico y espiritual, sobre todo.
La Conferencia del Episcopado Mexicano indicó que va a orar por el alma del sacerdote y por el fin de la violencia en la nación. La diócesis de Nezahualcóyotl declinó comentar al respecto.
El padre López Villa es el tercer sacerdote asesinado este año en el país. Los casos anteriores, en Tijuana y Ciudad de México, también usaron cuchillos.
De acuerdo con el Centro Católico Multimedial de la Iglesia, desde inicios de 2013 (cuando empieza la presidencia de Peña Nieto en el país), han sido asesinados 18 sacerdotes, lo que convierte a México en el país más peligroso para este ministerio.
Este centro asegura que en la mayoría de los asesinatos registrados, los líderes religiosos son blancos de extorsión, secuestro y ataques por parte de miembros de cárteles criminales. De acuerdo con datos del Centro Católico Multimedial, los diez estados más peligrosos para ser sacerdote son Veracruz, Guerrero, Estado de México, Chihuahua, Michoacán, Durango, Guanajuato, Colima, Baja California y Puebla.