La Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) ha ofrecido unas indicaciones generales, que cada diócesis y obispo deberá adaptar a su situación, para volver a abrir, gradualmente, el acceso de los fieles a los templos, manteniendo las precauciones para evitar el contagio del coronavirus.

Cada obispo determinará en qué momento pueden volver los fieles a los templos, siempre atendiendo a las autoridaes sanitarias de cada zona.

Los obispos ofrecen algunas ideas para la prudencia y el discernimiento de cada caso:

1. Un equipo puede ayudar al obispo a tomar las decisiones

Este equipo no sólo ayuda a evaluar la situación, sino a diseñar la comunicación con los feligreses y la sociedad, para informar a los fieles de lo que hay que hacer en cada momento...

2. El precepto dominical sigue dispensado

Actualmente, en todo México los fieles están dispensados de la obligación de ir a misa el domingo (aunque siguen obligados a guardar el día del Señor con algún tipo de oración o siguiendo los sacramentos por medios de comunicación). Los obispos pueden ir decidiendo levantar esta dispensa, o aplicarla solo a algunos grupos de población. (De todas formas, el Catecismo siempre ha indicado que es lícito ausentarse de la misa dominical por razones de salud o cuidado de personas dependientes).

3. Las primeras misas, con pocos fieles y servicio de orden

Las primeras misas pueden celebrarse con poca gente y usando voluntarios que mantengan el orden y el acomodo. Las puertas abiertas mantienen la ventilación y hacen innecesario tocar pomos y asideros.

4. Geles y equipos de limpieza y saneamiento

Unos voluntarios pueden poner gel antibacterial en las manos de los feligreses que acudan a misa. El personal de limpieza de las parroquias deben formarse bien en cómo se sanean los espacios parroquiales antes y después de la misa.

5. Ir concienciando a los fieles de que hay que cuidarse, por todos

El coronavirus es especialmente contagioso porque las personas pueden transmitirlo durante días sin saber que están enfermas. Por eso, todo el mundo ha de entender que aunque se sientan bien, pueden contagiar. Eso obliga a todos a un especial cuidado y a pensar en los demás.

6. Normativas litúrgicas, sin repartir objetos, menos ministros

La CEM ha publicado una serie de Orientaciones Litúrgicas para reanudar el culto religioso en tiempo de pandemia. Piden que las misas no sean larguísimas (60 minutos, como máximo... aunque en muchos países suelen oscilar entre 35 y 45 minutos) y con "el mínimo" de ministros en el presbiterio. Desaconsejan repartir cantorales, hojas dominicales y otros objetos. No habrá signo de la paz. En la comunión se han de mantener las distancias entre comulgantes. Se pide organizar "de manera adecuada y creativa" la distribución y recepción de la comunión en la mano. A los sacerdotes se les pide usar mascarillas para dar la comunión.

7. Confesiones en espacios amplios, distanciados; confesor con mascarilla

Para mantener las distancias en las confesiones se proponen turnos y citas; el confesor debe utilizar "cubrebocas y careta protectora".

8. Concienciar sobre el agujero económico en las parroquias

Las parroquias y diócesis mexicanas no reciben ningún dinero del Estado mexicano, que es radicalmente laicista. Las parroquias dependen sobre todo de los donativos de los fieles y de las colectas frecuentes, y durante las semanas de confinamiento las parroquias han mantenido sus gastos mientras que, sin colectas, han visto hundirse sus ingresos. Se pide concienciar a los fieles y asociaciones laicas para atender esta situación.