En la madrugada de este sábado 18 de mayo el sacerdote Cecilio Pérez Cruz fue asesinado en la casa parroquial de la localidad de Majada, en El Salvador. Este es el segundo asesinato de un religioso en lo que va de año en este pequeño país centroamericano.

El obispo de Sosonate, monseñor Constantino Barrera, ha explicado que los asesinos ingresaron de madrugada en la casa de la parroquia de San José donde mataron a este joven sacerdote de 35 años, y que había sido ordenado hace 10.

Una víctima más de las Maras

La prensa salvadoreña ha informado que los autores serían miembros de la peligrosa de la “Mara Salvatrucha”, una banda de pandilleros que ya extendida por varios países. Los autores del crimen habrían dejado, según la prensa, el mensaje “No pagó la renta MS-13”, es decir, se había negado a ser extorsionado por este grupo.

Esta mara no representa un grave problema en El Salvador sino que ya actúa con la misma violencia en EEUU, Canadá, México y otros países de América Central.

"Un abnegado pastor"

El obispo Barrera indicó que “en estos momentos de profundo dolor e indignación por este trágico hecho, comunico a todos los sacerdotes, fieles y pueblo en general, que condeno enérgicamente este sacrílego asesinato del Padre Cecilio y que nos mantengamos unidos en oración redoblando las medidas de seguridad ante tal inseguridad reinante en nuestro ensangrentado país”.

En su comunicado, agregaba que “la sangre de un abnegado pastor se suma a la de miles de salvadoreños que cada año son víctimas de esta terrible violencia por muchos años incontrolada”.

Además, el obispo pidió “enérgicamente a las autoridades” que “pongan todo el esmero posible en dar” con los asesinos y “que de ninguna manera vayan a quedar en la impunidad”.