El Gobierno de Venezuela oficializó el miércoles la invitación al secretario de Estado de la Santa Sede, cardenal Pietro Parolin, a tomar parte en la Conferencia Nacional de Paz convocada por el presidente Nicolás Maduro. Parolin conoce bien la situación de Venezuela porque hace apenas un año aún era nuncio en ese país

“Deseamos transmitir la invitación del Presidente Nicolás Maduro (...) con el propósito de que participe en los procesos de diálogo entre representantes del Gobierno y la oposición venezolana, a través de la designación de su persona como testigo de buena fe”, señala la carta enviada por la Cancillería venezolana al purpurado italiano.

Esta petición se produce tras la reunión preparatoria del martes, mantenida entre el Gobierno y la opositora Mesa de la Unidad Democrática (MUD) en Caracas, donde los participantes coincidieron en la necesidad de la presencia del Vaticano en los diálogos de paz a nivel nacional.



Parolin (a la izquierda) y Maduro (a la derecha) en su encuentro de 2013, antes del actual estallido de violencia y represión 

De aceptar, la Santa Sede se uniría a los cancilleres de Brasil, Colombia y Ecuador, miembros de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur), que acompañarán el encuentro formal entre el Gobierno y la oposición que todavía no tiene una fecha oficial ni una agenda fijada.

Según diversas fuentes, parece muy probable que la reunión sea este mismo jueves en el Palacio de Miraflores, sede de la presidencia. Pero, junto a los detalles logísticos y de agenda a definir, falta superar la enorme desconfianza que sienten entre sí las partes y también ponerse de acuerdo acerca de lo que se va a emprender.

El martes, en su programa semanal de radio el presidente Maduro afirmó que no habría ni negociación ni pactos, “sino debate”. En diversas ocasiones, el heredero político de Hugo Chávez se había referido a un eventual diálogo con sus adversarios como una ocasión en la que les diría “unas cuantas verdades” a la cara.

Asimismo, el mandatario adelantó que defendería la integridad de los colectivos. La oposición pide desmantelar la versión paramilitar de estos grupos oficialistas y juzgar a algunos de sus dirigentes.

Venezuela vive desde el pasado 12 de febrero una ola de protestas antigubernamentales que en ocasiones se han tornado violentas, y que a día de hoy han dejado al menos 39 muertos, cientos de heridos y detenidos.