Si es difícil organizarse en los países hispanoamericanos contra el coronavirus y sus efectos sanitarios y económicos, más difícil aún resulta apoyar en esos esfuerzos a los pueblos indígenas en zonas remotas -pero no incomunicadas- del Orinoco y el Amazonas.

Por eso, en Colombia, los obispos de 15 diócesis y vicariatos apostólicos misioneros en las cuencas de ambos grandes ríos han pedido que las autoridades se replanteen el sistema sanitario de estos territorios alejados y peculiares.

“Reconocemos el gran esfuerzo que realiza el Gobierno por otorgar ayuda a la población más necesitada. Sin embargo, lo exhortamos, a actuar de manera eficiente, al constatar que muchas personas en condiciones económicas precarias y que no están incluidas en los programas de ayuda, no han podido acceder al circuito de entrega de víveres o dinero”, subrayan estos 15 obispos.

Los obispos recuerdan que la Iglesia sigue viva y ofrece a las autoridades sanitarias sus espacios físicos y desde las Pastorales Sociales vicariales y parroquiales, continuarán ofreciendo sus recursos humanos y económicos para aliviar esta crisis.

Colaboración con los pueblos indígenas

Los obispos se unen a la petición de la Organización de Pueblos Indígenas de la Amazonía Colombiana (OPIAC) y reclaman un diálogo urgente entre el gobierno nacional, las estructuras del gobierno propio y los organismos de consulta y concertación de los pueblos indígenas, para implementar un plan de acciones urgentes en los territorios "para mitigar la pandemia y promover el autocuidado".

Los obispos del Orinoco y el Amazonas piden que las organizaciones indígenas y populares participen en la puesta en marcha de una estrategia que asegure alimentos y productos de higiene y limpieza para afrontar la cuarentena y la pandemia en mejores condiciones.

Dirigiéndose a la población de la región Amazónica, animan a todos a seguir cumpliendo con las medidas decretadas por el Gobierno Nacional, reconociendo que son difíciles de cumplir, porque desde antes de presentarse esta crisis por el covid-19; la población amazónica y en especial los indígenas, campesinos y afrodescendientes ya vivían en una situación con altos porcentajes de pobreza estructural, inseguridad alimentaria y malnutrición y falta de acceso a la salud y al agua potable.