Una encuesta (aquí en PDF) a partir de 1.400 entrevistas cara a cara a adultos en Chile (con un margen de error de +/-3) ha recogido el cambio religioso en este país de 18 millones de habitantes en los últimos 20 años. Se constata una gran pérdida de confianza en la Iglesia, a raíz de los escándalos de abusos, aunque la religiosidad en sí se mantiene alta.

La gente reza bastante... y casi todos creen en Dios

El 30% de los chilenos declara que reza cada día (hace dos décadas lo hacía un 40%). Además, sólo hay un 23% que declara que nunca reza (era un 15% hace veinte años).

Hace dos décadas, 8 de cada 10 chilenos podía decir "sé que Dios existe y no tengo dudas al respecto". Hoy lo dicen 7 de cada 10.

En todo este tiempo, los evangélicos se han mantenido más o menos igual, pasando apenas de un 12% a un 14% (dentro del margen de error). En cambio, el prestigio de la Iglesia Católica se ha hundido. Los que se declaraban católicos han pasado del 73 al 55%. Además, si hace 20 años un 55% de las personas que declaraban pertenecer a una iglesia aseguraban tener "plena o gran confianza" en la iglesia, ahora solo un 17% lo dice. La confianza en la Iglesia se ha dividido por tres.

La gran crisis para la Iglesia se ha dado entre los menores de 35 años: solo un 45% de ellos se declaran católicos. En cambio, los mayores de 55 se declaran católicos al 66%.

Ateos y agnósticos apenas suman un 7%

Los ateos firmes siguen siendo muy pocos (un 4%) a los que habría que sumar un 3% de agnósticos firmes ("no sé si hay Dios y no creo que haya forma de averiguarlo"). El enfado no ha llevado a la gente al ateísmo, sino al desencanto comunitario y a la espiritualidad vaga, individualista y sin compromiso.

Sólo un 16% dice "no sigo una religión, no soy espiritual ni me interesa lo sagrado". Por el contrario, un 30% de la población se considera "espiritual, interesada en lo sagrado, pero sin religión". Hace dos décadas, los "espirituales no religiosos" eran un 23%.

Es el resultado de la primera encuesta específicamente dedicada a religión del Centro de Estudios Públicos (CEP), que se define como una fundación privada, sin fines de lucro, de carácter académico y dedicada al estudio de valores y principios.

Poca confianza en la Iglesia... ¡pero mucha más que en el Congreso!

Si bien solo un 13% declara tener mucha confianza en las organizaciones religiosas, los chilenos tampoco tienen "mucha confianza" en otras entidades: sólo un 12% tiene "mucha confianza" en el comercio y la industria, un 7% en el sistema judicial y un 5% en el Congreso que ellos mismos eligen y votan.

Chile se convierte en un paradigma de país de cristianos "alejados": que creen, pero a su manera. Que aún rezan bastante (solo un 15% dice que nunca rezan) y que aún cree en Dios. Siete de cada 10 creen en el Cielo y en los "milagros religiosos".

Su desconfianza es hacia la Iglesia y se muestran muy críticos ante la idea de que "la Iglesia" intente orientar el voto, algo que es perfectamente normal y se da en casi todos los países de mayoría católica con libertad política y religiosa (excepto regímenes peculiares como el laicismo mexicano).

Casi un millón de chilenos peregrinaron el 8 de diciembre al santuario mariano de Lo Vásquez, lo que muestra una devoción popular firme.

Ahora el reto de los cristianos está en convertir esta espiritualidad individualista en comunidad viva, coordinada, de hermanos en la fe que se conocen, se apoyan, rezan juntos, construyen juntos y acuden a los sacramentos. Por desgracia, muchos sienten que los pastores -con su ineficacia y falta de transparencia en los casos de abusos- no son capaces de liderar esa construcción de comunidad. Quizá deba surgir esa comunidad viva de los laicos y cristianos de a pie, mientras se forja una nueva generación de clérigos que logre la confianza de la población.

Una crónica sobre la llegada de peregrinos al santuario mariano de Lo Vasquez el 7 y 8 de diciembre