El arzobispo de La Habana, el cardenal Jaime Ortega, será el encargado de oficiar la misa que se celebrará en la cárcel Combinado del Este de la capital el próximo viernes 24 de diciembre con motivo del comienzo de la Navidad, según anunció la Iglesia a través de un comunicado.

La Misa comenzará a las 9.00 de la mañana (15.00 de la tarde en la España peninsular) por motivos de agenda, ya que el cardenal será también el encargado de celebrar la misa del Gallo en la Catedral de La Habana.

Las líderes de las Damas de Blanco, Laura Pollán y Berta Soler, han valorado esta decisión como un gesto de apoyo a los 11 presos políticos que aguardan su liberación después de que Ortega anunciara en julio la excarcelación de los 52 disidentes detenidos durante la Primavera Negra de 2003 —una de las mayores oleadas represivas contra la oposición—, según informó Radio Martí.

Fruto de la mediación del arzobispo, el Gobierno ha liberado ya a 41 presos de este grupo, de los cuales 37 han viajado a España, dos a Estados Unidos y uno a Chile, mientras que otro permanece en Cuba.

La misa de celebración navideña será para todos los reclusos —políticos y comunes que deseen asistir— según precisó el comunicado del Arzobispado de La Habana.

El opositor católico Oscar Elías Biscet es uno de los presos políticos que se encuentra en el Combinado del Este a la espera de su liberación tras un acuerdo en mayo entre los gobiernos de Cuba y España y la Iglesia Católica. Biscet se niega a exiliarse tras su liberación.
Sin embargo, el Arzobispado de La Habana dijo que el Cardenal no tiene previsto sostener entrevistas con presos durante su visita al centro penitenciario.

En el Combinado del Este hay cerca de 5.000 reclusos. Un centenar de presos políticos cubanos se encuentra aún encarcelados, la mayoría en el Combinado del Este.
En septiembre del 2009, la Iglesia Católica recibió autorización del gobierno para oficiar misas de manera permanente en las prisiones. En la Navidad pasada varios obispos acudieron a centros penitenciarios de la Isla.

Hasta entonces se habían celebrado misas ocasionalmente, aunque la Iglesia Católica llevaba varios años brindando servicio religioso de manera individual a algunos reos que lo solicitaban, y ofreciendo apoyo moral y material a presos y sus familias a través de su Pastoral Penitenciaria.