Faltan líderes, sobran «cracks»
por Adolfo Alústiza
Partimos de la hipótesis de que en empresas y directivos nos acercamos a un horizonte donde sobran cracks y faltan líderes. Quizá ésta situación venga derivada del exceso de individualismo y de la presunta sobre-preparación técnica de las nuevas generaciones, donde se ha dado más importancia a las habilidades técnicas frente a las humanas (Hard Skills vs. Soft Skills).
Son muchas décadas en las que se ha transmitido la idea de que lo importante es crecer en habilidades técnicas (idiomas, cursos, técnicas, títulos...) y que cada persona debe ser autosuficiente para tener éxito en el mundo y por supuesto en el ámbito laboral.
Quizá sea una apreciación personal o, como diría Modestia Aparte, cosas de la edad, pero percibo una menor implicación en todo lo que sea relativo a realizar actividades gratis et amore en ámbitos sin vínculos profesionales, que bajo nuestro punto de vista son una buena base para el desarrollo del liderazgo. Creemos que el liderazgo es un don a desarrollar en quienes los tienen para el servicio del equipo, comunidad o proyecto empresarial.
Por eso nuestra afirmación de que lo que se necesita en todos los ámbitos, pero especialmente en el empresarial y laboral, es más líderes y menos cracks.
Aunque ambos son anglicismos, el segundo es más reciente y viene del mundo deportivo. Sería algo así como "persona que destaca individualmente por su talento o capacidad". Dicho de otro modo, alguien que singularmente es capaz de generar valor en una organización sin necesidad del resto de equipo. Para el imaginario colectivo idealizado serían un Messi o, en su día, un Maradona. Pero la realidad del día a día se parece más al "chupón" del equipo que regatea solo y no pasa el balón a ninguno de sus compañeros. Solo le interesa meter goles, no baja a defender, ni le interesa que su equipo meta gol si no es el último en tocar el balón. Seguramente sea el más dotado y el más habilidoso, pero el que tiene sus propios objetivos al margen del equipo u organización.
No deja de ser sorprendente que una expresión que en su etimología original de lengua inglesa significa "rotura, grieta, fisura...", e incluso como onomatopeya en nuestra lengua como "golpe o rotura", se haya convertido en un halago o un piropo.
Nos preocupa que esté calando en nuestra sociedad que el modelo a seguir es el crack que no cuenta con nadie y es autosuficiente generando una falsa expectativa como modelo a seguir. En una de mis pelis favoritas, Los increíbles (Disney, 2004), hay uno de esos momentos, donde el presunto crack Míster Increíble dice su frase de "yo trabajo solo" y rechaza la ayuda de un niño admirador y que al final acaba volviéndose en su contra. La realidad y necesidad obliga a reconocer al bueno de Míster Increíble que necesita ayuda de su equipo, en este caso su increíble familia.
Un líder busca el bien común del equipo, de la organización, de la empresa, sea el ámbito que fuera. No busca sólo su éxito personal, sino que se preocupa por cada oveja de su rebaño. Busca el éxito colectivo aun a riesgo de quedar oscurecido por el resultado conjunto. El líder sabe rodearse de gente mejor que él si eso es posible, porque sabe que no es Supermán, sino alguien que sabe poner sus dones y talentos a disposición de esa misión conjunta.
El líder genera auctoritas -poder socialmente reconocido-, y no por ser el más dotado en cada una de las habilidades humanas frente a otros, sino por una disposición interior de entrega y servicio a un bien mayor. Un líder se desarrolla y no se adquiere por el cargo, como es evidente.
Por evitar ejemplos actuales, queremos proponer uno: Frodo Bolsón, protagonista de La Comunidad del Anillo. Frodo asume ser el portador del anillo en medio de una terrible disputa entre el equipo de cracks. Su humildad y sencillez a la hora de ofrecerse y la falta de animadversión hacia su persona desarma a los otros aspirantes.
Frodo pasa de mero portador a convertirse en líder frente al mago Gandalf el Gris, quien tenía el liderazgo oficial de la misión Salvemos la Tierra Media , y también frente al rey Aragorn Trancos, quien debía suceder a Gandalf en caso de ausencia o fallo de éste.
Individualmente, todos o casi todos los miembros del equipo (Comunidad en este caso) tienen a priori unas habilidades técnicas superiores a este hobbit. En el caso del mago y el rey son evidentes , pero también si nos fijamos en Legolas, incluso Boromir y Gimli. En unos es habilidad en la lucha, artes mágicas, prestigio social, fortaleza, destreza o incluso lealtad en el caso de Sam. Cada uno de ellos posee unos dones individuales que superan a quien acaba convirtiéndose en líder contra todo pronóstico. ¿Y por qué? Precisamente porque es capaz de no pensar en su comodidad personal a corto plazo, o sus exclusivos beneficios personales con la empresa. Asume como propia la misión de ser el portador del anillo ("el anillo vino a mí y es mi carga") y destruirlo sin entrar en rencillas. Su ejemplo genera con hechos y de manera progresiva respeto y auctoritas, y aunque cuenta con todos los miembros de su equipo y delega según sus posibilidades, es capaz de ejercer y decidir cuando es necesario.
Uno de los momentos cumbres de su liderazgo es cuando asume que esa misión le puede costar la vida si la realiza hasta el final, pero su misma fe en la importancia de la misma para "todo el mundo" supone que la implicación sea máxima y genere admiración y reconocimiento por el resto del equipo.
De ahí nuestro debate abierto: ¿tú también crees que hacen falta más líderes y menos cracks?