El Padre Elías, de nuevo contra el Anticristo

Ya han pasado las elecciones (¡qué empacho de campaña electoral!), en las que, como de costumbre, han ganado todos, al decir de sus líderes, aunque algunos hayan perdido hasta la camisa. Ahora incluso el plumilla más insignificante pretenderá pontificar sobre los resultados. ¡Fenomenal! Da gusto tener tanto sabio Salomón en este gremio. Así que si no me sumo a la inflación política, la humanidad no se resentirá por ello.

Apartándome por tanto del mundanal ruido, prefiero comentar hoy algo más sustancial y atractivo, la última entrega del escritor católico canadiense, Michel D. O´Brien, sobre el padre Elías, titulada El padre Elías en Jerusalén, que acaba de publicar LibrosLibres.



Quienes hayan leído las dos anteriores novelas protagonizadas por este singular personaje, campeón de la fe, no necesitan que haga del padre Elías presentación alguna, mas para aquellos que toman contacto por primera vez con el tema conviene decir que se trata de un fraile carmelita, antes judío, originario del gueto de Varsovia, que siendo niño escapó de milagro del asalto nazi, aunque allí pereció toda su familia.

En esta ocasión, ya consagrado obispo, monseñor Elías, acompañado de un hermano lego, llega al hogar de sus ancestros hebreos en cumplimiento de una misión, encargada directamente por el Papa: desenmascarar al Anticristo que ha de reunirse con sus seguidores precisamente en Tierra Santa.

La novela, más de la mitad de corta que la primera (254 páginas frente a las 630 de aquélla), es de las que enganchan, de las que sigues hasta que descubres el desenlace final. Escrita en un lenguaje directo y claro, sin arabescos dispersantes, el autor, al que se le nota mucho oficio, sabe mantener la intriga en todo momento, casi como si se tratara de una novela policiaca. Como dice de ella Astrid de Larminat, crítica literaria del diario francés Le Figaro, es “una novela apasionante, plena de inteligencia y profunda espiritualidad, de ternura y de belleza”.

A través de las andanzas del padre o monseñor Elías, el autor va descubriendo una serie de personajes que son como biotipos o representantes significados de grupos perfectamente reconocibles de la fauna humana de nuestros días.

Aunque por el tono, de constantes referencias apocalípticas según San Juan, parece que estemos ante un libro de carácter futurista, de algo que tal vez algún día suceda, sin embargo no puede ser más actual. Los materiales que emplea y los hechos que describe son de plena actualidad, de acontecimientos y conductas que estamos viendo a diario, incluida la manipulación de que es objeto la grey lanar.

En definitiva, es un libro muy apropiado para leer y regalar en estas fechas tan entrañables, que entre unos y otros están tratando de suprimir o desfigurar. Se quiera o no, el enemigo existe, y afrontarlo con actitudes “buenistas” es un modo de entreguismo y colaboración con quienes nos quieren borrar de la faz de la Tierra. ¿La guerra, entonces? En absoluto, pero tampoco la bobería meliflua de que “to er mundo e güeno”, que diría el coñón de Manolo Summers, q.e.p.d. La fortaleza en la fe ha de ser nuestra respuesta, como enseña el padre/monseñor Elías.