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«Gracias»: las últimas palabras que pronunció Francisco minutos antes de su muerte

Una de las últimas imágenes del Papa Francisco.

Publicado por
Jesús M. C. 

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Un día después del fallecimiento del Papa Francisco, los medios de información vaticanos hacían públicas las que Salvatore Cernuzio definía como sus “últimas palabras”. Unas últimas voluntades que se resumían en un agradecimiento a quienes durante su convalecencia en el Gemelli e incluso mucho antes habían velado por su salud y persona. Entre ellos, Massimiliano Strappetti, el enfermero que –como él mismo dijo una vez– le salvó la vida al sugerirle la operación de colon y a quien el Pontífice nombró después su asistente sanitario personal en el 2022.

Desde entonces, Strappetti permaneció a su lado, máxime durante los 38 días de ingreso hospitalario en el policlínico Gemelli, así como las 24 horas diarias durante su convalecencia en la Casa Santa Marta, también el Domingo de Pascua, horas antes de fallecer.

La víspera habían acudido a la Basílica de San Pedro para repasar el "recorrido" que iba a hacer al día siguiente y asomarse a la Logia de las Bendiciones.

Tras ese instante del domingo por la mañana, Francisco quiso aparecer una vez más -sería la última- por sorpresa en la Plaza de San Pedro en el papamóvil.

¿Crees que podré hacerlo?”, le había preguntado a Strappetti. Tranquilizado por su asistente, el pontífice se volcó en un abrazo a la multitud y en particular a los niños. Sería el primer paseo tras su salida del hospital Gemelli y el último de su vida.

Las últimas palabras

Fue entonces cuando, exhausto, pronunció aquellas palabras difundidas por los medios vaticanos y que serían las últimas de las que se tiene constancia: “Gracias por traerme de vuelta a la Plaza”.

Francisco descansó por la tarde, cenó y en torno a las 5:30 de la mañana aparecieron los primeros síntomas del malestar, con la rápida intervención de quienes estaban a su cargo.

Más de una hora después, tras saludar a Strappetti, tumbado en la cama de su piso en la segunda planta de la Casa Santa Marta, el Pontífice entró en coma. Según se menciona, no sufrió y todo sucedió rápidamente, según aseguran quienes estuvieron a su lado en esos últimos momentos.

La muerte fue, según describen los medios vaticanos, “discreta, casi repentina, sin largas esperas ni demasiado clamor para un Papa que siempre había mantenido su salud en gran secreto. Una muerte que se produjo al día siguiente de la Pascua, al día siguiente de haber bendecido a la ciudad y al mundo, al día siguiente de haber abrazado de nuevo, después de mucho tiempo, al pueblo”. 

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