Religión en Libertad

«Veía frikis» en Hakuna, hoy canta con ellos: «Al saber lo que Cristo puede hacer te sale ser feliz»

Hakuna, presentando en 2024 su álbum "Pasión" en Zaragoza.

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Redacción ReL

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Este viernes 11 de abril, Hakuna Zaragoza presentó nuevamente su álbum “Pasión” ante la proximidad de la Semana Santa. Lo hicieron en el colegio de los salesianos, donde también estuvieron en 2024, en un evento donde los asistentes pudieron escuchar el que se considera el “Vía crucis” musical de la agrupación.

En el concierto estuvieron Ana Bonilla y Jorge Pérez, dos miembros de Hakuna que horas antes detallaron en COPE las líneas maestras de una iniciativa que, más que “una fiesta al uso o un concierto mágico”, buscaba “acercar con los ojos de distintos personajes a la Pasión de Cristo, acompañar a Jesús de camino a la cruz” un viernes de dolores.

Es el tercer año que la agrupación lleva a cabo el concierto de Pasión en Zaragoza. A día de hoy, Jorge admite que cantar con Hakuna le “sale del alma” y, aunque suene “a topicazo”, cantar es para él “la forma más bonita que conoce de expresarse. Es un deseo de verdad, que te precede, piensas que no tienes nada que ver, pero todos llevamos dentro algo de ese don artista y queremos seguir a Cristo”.

Una actitud que, sin embargo, dista mucho de la que podía mostrar hace no mucho tiempo.

“Me voy a sincerar: a mi Hakuna no me gustaba nada, yo veía unos frikis cantando en misa, bueno esto que es, ¿no?”, confesó ante los micrófonos de Cadena COPE. Sin embargo, pronto percibió que “cuando descubres lo que Cristo puede hacer en tu vida, te sale ser feliz y disfrutar”.

Hoy, en Hakuna, dice que “está prohibido no disfrutar de seguir a Cristo” porque hacerlo, dice, “es disfrutar y es plenitud, o intentar llegar a la plenitud”.

Por su parte, Ana también admitió haber visto su vida cambiada por la “familia eucarística” que es Hakuna.

En mi caso, comenzó, “al principio pues vivía la vida dejándola pasar y en la misa pues, cuando había que ir, ir sin pensar lo que estaba haciendo”.

Fue entonces cuando sus hermanas la llevaron a Hakuna, “un poco a calzador”. Pero eso cambió su visión.

“Descubrí lo que es Dios, que está en todo y que estaba conmigo y me quería, entonces decidí que tenía que cambiar el chip por completo y empezar a frecuentar las horas santas, porque yo noto perfectamente cuando no hay una hora santa durante la semana. Vivo amargada un poco, por así decirlo”, explica.

Aunque ella no canta, conoce a la perfección muchas de las canciones de la agrupación. Para ella es mucho más que música. Cuenta que los temas de Hakuna hablan de cosas que, en la fe, “le puede pasar a todos”, y una de ellas es el sentirse solo, lo que el grupo no elude.

“Esas horas santas, cantándolas ahí, he dicho: `Yo me siento representado con esta canción´. Entonces sí que me ayuda más a rezar y a sentirme más cerca de Dios”, agrega la joven.