Viernes, 26 de abril de 2024

Religión en Libertad

Recorrido sobre uno de los santos más populares a través de «El Pan de los pobres»

Milagros, favores, especialista en las cosas perdidas...: San Antonio, abogado de causas difíciles

Procesión de San Antonio.
Procesión de San Antonio de Padua en Italia, donde el santo, portugués, vivió buena parte de su vida.

ReL

Cada 13 de junio se celebra la fiesta de San Antonio de Padua, día de gran relevancia también para la revista El Pan de los Pobres, que desde hace ya más de 124 años se dedica de manera incansable a propagar la rica espiritualidad de uno de los santos más queridos de la Iglesia. Con una tirada de más de 60.000 ejemplares,  la devoción al santo llega a los rincones más recónditos de España y de otros muchos países.

De cara a la festividad del santo El Pan de los pobres hace un recorrido del que se puede considerar como su patrón recordando que su popularidad ya era enorme en vida y que aumentó aún más tras su muerte.

Uno de los santos más populares de la Iglesia

“San Antonio es un santo amigo. Lo llaman el santo que todo el mundo ama, porque mientras vivió siempre tuvo un amor servicial por el prójimo, sobre todo por los más desvalidos. Este empeño a favor de los necesitados no era un comportamiento demagógico como, por desgracia vemos tan a menudo, sino una exigencia de su fidelidad a Cristo y al Evangelio”, afirman desde la revista.

Pero además, gran parte de su popularidad se debía también a su incansable labor de apostolado, caridad y de la predicación, que en muchas ocasiones se vio acompañada de muchos milagros.

Hechos extraordinarios en su vida

Estos hechos extraordinarios en la vida de San Antonio también le permitieron leer las almas, como al notario disoluto de Le-Puy, que alejado de la fe y de todo temor de Dios, Antonio le predijo que moriría mártir y así fue.

En una ocasión, se presentó delante del santo un gran pecador, decidido a cambiar de vida y reparar todos los males cometidos. Se arrodilló a sus pies para hacer la confesión, pero fue tal su conmoción que no logró abrir la boca, y lloraba desconsoladamente. Entonces el santo fraile le aconsejó apartarse y escribir sobre una hoja todos sus pecados.

El hombre obedeció y volvió con una larga lista. Fray Antonio leyó todos los pecados en voz alta y le devolvió la hoja. ¡Cuál fue la maravilla del pecador arrepentido, cuando vio la hoja perfectamente limpia! Los pecados desaparecieron del alma del pecador e incluso del papel.

Especialista en encontrar las cosas perdidas

Pero además, San Antonio es conocido en todo el mundo por su patronazgo especial para encontrar las cosas perdidas. Desde El Pan de los pobres explican que es invocado así debido a un hecho de su vida que ocurrió en Montpellier (Francia).

Sucedió que un novicio se fugó del convento y se llevó consigo un Salterio (libro de los salmos) glosado, es decir con notas explicativas, de gran valor, y que el Santo usaba en la enseñanza.

San Antonio de Padua, cuadro de Murillo.

San Antonio de Padua (1195-1231), portugués de nacimiento y gran predicador en la ciudad italiana, donde murió, fue canonizado por el Papa Gregorio IX apenas un año después de su muerte, tales eran su fama de santidad y el número de milagros obtenidos por su intercesión. En la imagen, en un cuadro de Bartolomé Esteban Murillo (1618-1682).

El hecho ocurrió de noche. La tradición dice que apenas el santo lo supo, se puso a rezar. Cuando el novicio llegó a un puente, se le apareció el diablo en forma horrible que le dijo: Regresa al convento y devuelve el libro a Antonio, de lo contrario te mato y te tiro al río. El novicio asustadísimo vio que la figura monstruosa crecía enormemente y se le echaba encima. Corrió y postrado a los pies del Santo reconoció su error, devolvió el libro y pidió ser readmitido en la comunidad.

Numerosos testimonios de gracias y milagros

En la Romería de San Antonio de la Florida, en Madrid, el 13 de Junio, una de las acciones más curiosas es esta, cuando las jóvenes se acercan a lanzar, al interior de la pila del agua bendita, 13 alfileres, para a continuación posar la mano sobre ellos. Al retirarla, el número de alfileres que se hubiesen quedado pegados sobre la palma significaba el número de pretendientes que tendrían durante el año. Esta costumbre popular comenzó en el Siglo XIX y la pusieron en práctica las modistillas que ansiaban encontrar pareja.

Pero otro de los rasgos más característicos del santo y del que El Pan de los Pobres tiene gran conocimiento es la cantidad de gracias y milagros producidos por su intercesión. Numerosos testimonios llegan cada mes a la revista hablando de solución de problemas familiares, de conversiones e incluso de curaciones de distintas dolencias.

Para ello, esta publicación realiza novenas y también lleva las cartas con las peticiones a las misas que se celebran en distintos lugares importantes en la vida del santo.

Artículo adaptado del publicado en ReL el 12 de junio de 2018.
 

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