Viernes, 17 de mayo de 2024

Religión en Libertad

El príncipe de Persia, las arenas del tiempo

Feliz adaptación del popular videojuego del mismo nombre, desarrrollado en 1989 por Jordan Mechner, el cual también ha ideado ahora la historia del film.

Sin ser una maravilla, el resultado es muy superior a otras lamentables adaptaciones de las consolas, como Doom, Max Payne o Hitman, por nombrar sólo los fiascos más sonados. Aquí, la función está dirigida por un director de cierto peso, Mike Newell (Harry Potter y el cáliz de fuego), lo cual se nota sobre todo porque da prioridad a la historia, aventurera y romántica, por encima de los inevitables efectos especiales.
 
Cuando era un chavalín despierto, valiente y temerario, el pequeño Dastan (Jake Gyllenhaal) fue recogido por el noble rey de Persia y llevado a palacio, en donde fue criado como uno de sus propios hijos. Con el tiempo creció y demostró su valor y destreza en la guerra, aptitudes que comparte con sus hermanos Tus y Garsiv. La familia real -compuesta por el rey Sharaman, su hermano Nizam, y los tres príncipes- forma una unidad muy compacta, pero su cohesión va a ser puesta a prueba cuando tras la llegada de unos informes sobre tráfico de armas, se decide invadir la ciudad sagrada de Alamut, regentada por la bellísima princesa Tamina (Gemma Arterton). Pero cuando el ejército persa celebra la victoria, el rey muere asesinado, y todo apunta a que el responsable es el príncipe Dastan.
 
Película de aventuras de toda la vida, para verla con palomitas y regresar a los sueños de infancia, con castillos y fortalezas, princesas y príncipes, malvados oscuros y traiciones perversas, duelos con espadas y persecuciones malabares, magia y hechicería, tesoros y pasadizos secretos. El film bebe de los aires clásicos de los relatos  de "Las mil y una noches" y también de la atmósfera y la puesta en escena de otras aventuras exóticas, no exentas de humor, al estilo de La momia. Y aunque la simpleza de algún diálogo incita a la risa y la historia es tan previsible como uno puede imaginar, el film gana enteros gracias a la labor del equipo de guionistas formado por Boaz Yakin ( Titanes. Hicieron historia) y los socios Carlo Bernard y Doug Miro (responsables de El gran rescate y Presencias extrañas). Todos ellos se las arreglan para entregar un variado grupo de personajes bien definidos, cuidados con esmero, y que cuentan con minutos suficientes como para no ser simples comparsas, especialmente la princesa interpretada por Gemma Arterton o el simpático y característico sinvergüenza encarnado por un excelente Alfred Molina.
 
En honor a la verdad, el film se desinfla hacia el final, cuando abusa de la fantasía y de unos efectos especiales de feria, efectistas y ridículos, y la trama se deja llevar demasiado por las zarandajas místicas y esa cansina moda olímpica de hablar de "los dioses" (¿pero desde cuándo los persas tenían dioses?). Menos mal que gran parte del film obvia todo esto y se centra en ofrecer acción a raudales, diálogos humorísticos, ritmo modélico, escenarios variados, amor y sacrificio, y en fin, todo eso que ha de tener una película de aventuras para no aburrir. (Decine21)

 FICHA TÉCNICA
Título: El príncipe de Persia
Director: Mike Newell
Intérpretes:
Jake Gyllenhall, Gemma Arterton, Ben Kingsley, Alfred Molina, Toby Kebbell, Richard Coyle, Reece Ritchie, Steve Toussaint, Ronald Pickop, Gísli Órn Gararsson
Estreno: 21/05/2010
Duración: 110 minutos

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