El miedo no transforma, nos convierte en estatuas de sal

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¿De qué aprovecha temer y luego vivir mal? Si vives mal y temes, llegarás a lo que amas; pero ¿evitarás lo que temes?🔹San Agustín. Sermón 335K, 2🔹

▶️En el contexto de la Espiritualidad Católica: Esta frase, aparentemente sencilla, encierra una profunda reflexión sobre la coherencia entre nuestras acciones y lo que creemos. Nos señala la inutilidad del temor (miedo) sin una transformación real de la vida, y la inevitabilidad de las consecuencias de este planteamiento vital. San Agustín nos señala la hipocresía de temer las consecuencias del pecado mientras continuamos viviendo en él.

¿De qué sirve tener miedo al castigo divino, al infierno, a las consecuencias del pecado si, a pesar de este miedo, seguimos aferrados a una vida de desorden? El miedo, en este contexto, se convierte en una emoción vacía, sin efecto transformador. Es un miedo que nos hace estatuas de sal porque es estéril. No nos impulsa a cambiar nuestra conducta. Vivir mal, a pesar del miedo, nos conducirá inevitablemente a aquello que amamos de forma incorrecta en ese vivir mal. ¿Por qué? Porque nos ocultamos de nuestra propia consciencia. El placer se convierte en una droga y el miedo en la fuerza que nos impide cambiar. Si amamos el placer efímero, el poder terrenal, la venganza, el orgullo, etc., entonces, a pesar del temor, nos dirigiremos hacia esos mismos objetos de nuestro amor desordenado. El miedo no es suficiente para cambiar la dirección de nuestra vida; es necesario cambiar el objetivo, el sentido de nuestro amor.

La frase subraya la importancia de la coherencia entre la fe y nuestras acciones. No basta con creer en Dios o el miedo a los castigos; es necesario vivir de acuerdo con los mandamientos que nos liberan. Tenemos la capacidad de elegir entre el bien y el mal. Pero también somos responsables de las consecuencias de nuestras elecciones. San Agustín nos invita a una verdadera conversión del corazón. No basta con tener miedo al castigo; es necesario cambiar nuestra vida, arrepentirnos de nuestros pecados y buscar la gracia de Dios.

▶️ En el contexto de la evangelización digital. En una sociedad digital que prioriza las apariencias sobre lo sustancial, esta frase nos recuerda la importancia de lo autentico y la coherencia en nuestra vida espiritual. Como evangelizadores en las redes, podemos utilizar esta frase para desafiar a otros a examinar sus vidas y a buscar una verdadera conversión del corazón. Podemos invitar a la reflexión sobre si nuestro temor a Dios se traduce en acciones concretas que reflejen un verdadero amor a Dios. También podemos compartir contenido que promueva la verdadera conversión, el arrepentimiento y la búsqueda de la Gracia y los dones del Espíritu Santo .Como hashtag les proponemos este: #ElMiedoNoTransforma

▶️ Preguntas para reflexionar: ¿Nuestro temor a Dios se traduce en una vida de santidad o en sólo en apariencias? ¿Estamos viviendo de acuerdo con lo que Cristo nos señalo? ¿Qué estamos amando realmente en nuestra vida? ¿Temes el castigo y eso te paraliza?

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