Tu Matrimonio como Dios lo pensó.
El corrector no entiende. Comentario para Matrimonios: Juan 16, 29-33
EVANGELIO
Tened valor: yo he vencido al mundo.
Lectura del santo Evangelio según san Juan 16, 29-33
En aquel tiempo, dijeron los discípulos a Jesús:
«Ahora sí que hablas claro y no usas comparaciones. Ahora vemos que lo sabes todo y no necesitas que te pregunten; por ello creemos que saliste de Dios».
Les contestó Jesús:
¿Ahora creéis? Pues mirad: está para llegar la hora, mejor, ya ha llegado, en que os disperséis cada cual por su lado y a mí me dejéis solo. Pero no estoy solo, porque está conmigo el Padre. Os he hablado de esto, para que encontréis la paz en mí. En el mundo tendréis luchas; pero tened valor: yo he vencido al mundo».
Palabra del Señor.
Para ver los próximos RETIROS Y MISIONES pincha aquí: http://wp.me/P6AdRz-D1
El corrector no entiende.
¡Qué bueno! “Yo he vencido al mundo”. Es tan increíble, que el procesador de textos subraya la palabra “vencido” como que no pega en el contexto y ofrece como alternativa “venido” ¿Cómo va a haber alguien que haya vencido al mundo? Y es que el corrector no entiende de milagros, pero así es: ¡Cristo ha vencido al mundo!
Y Él nos anuncia lo que les va a pasar a muchos esposos cuando llegue la cruz: Que se van a dispersar y le dejarán solo. El esposo, por un lado, la esposa por el otro, y Cristo, que es el tercero que se comprometió a estar todos los días de su vida, se queda solo. No vamos a encontrar la paz, si no nos apoyamos en Él, porque aunque haya luchas entre nosotros, Él ha vencido ya todas nuestras batallas.
Aterrizado a la vida Matrimonial:
Andrés: Estás desquiciada, deberías buscarte un sicólogo o un siquiatra.
Marta: (A ella, no hay nada que le duela más. Se siente despreciada, descartada y en su cabeza se amontonan los recuerdos de lo despreciable que ha llegado a ser él en muchísimas situaciones, todas esas ocasiones en las que ha perdido los nervios, o ha sido incapaz de superar sus debilidades. La tentación es enorme y piensa: ¿Quién es este para juzgarme a mí?)
Andrés: Te callas, pero estoy seguro de que por dentro estás pensando que el loco soy yo, o algo así.
Marta: (Se acuerda de Jesús. Le ve ahí, colgado en el madero entregándose voluntariamente por ella, tras un juicio organizado a traición con testigos falsos, ejecutado por aquellos que se creen con poder de condenarle a Él, que sólo ha hecho bien, que ha curado, perdonado, acogido… Y ella se pregunta: Aquel día, Él pagó por este dolor que me iba a causar mi esposo, para que hoy esté en paz con él. Para que hoy, pueda estar a los pies de Su cruz, viendo su sufrimiento en lugar de mirar al mío, compadecerme de mí, y dispersarme dejándole solo. ¡No! No le voy a dejar solo en esta cruz. ¡Quiero estar con Él! Así que, con lágrimas en los ojos, por haber estado a punto de dejar solo a su Señor, a su Salvador, mira a su esposo y con la gracia de Dios, consigue verle pequeño, sufriente, preso de su dolor, y le dice) Cariño, perdona por mis reacciones violentas. Es que tengo un deseo enorme de vivir contigo una relación de amor profunda y, como no lo estamos viviendo, me dejo llevar por mi frustración. Pero si por alguien estoy loca, es por el Señor y por ti, pero esa locura no tiene remedio.
Madre,
El Señor me ha enseñado a amar. Cuando mis sentimientos no son buenos, cuando mis sensaciones no son hermosas, tengo algo a lo que agarrarme, a la imagen de Tu Hijo, que siempre habrá vivido por mí, esa misma situación que yo estoy viviendo, pero más dura y difícil. Alabado sea mi Señor, que me da Su paz. ¡Aleluya!