Sábado, 27 de abril de 2024

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La dichosa felicitación de navidad que siempre envío tarde

por José Alberto Barrera

No sé si a ustedes les pasa, casi todos los años, cuando se acercan estas fechas que ahora celebramos, me hago el propósito de ir a Paulinas a comprar christmas para enviarlos a mis allegados. A veces llego a comprarlos, otras ni siquiera eso. El caso es que h o por b, las más de las veces, los agobios de la vida y la prisa en la que vivo instalado hacen que llegue el día 25 sin que todavía haya enviado  las felicitaciones navideñas.

También suele darse el caso de que en días previos han llegado unas cuantas felicitaciones por correo, y con algunas uno se siente obligado a corresponder. Una solución es pasar por Correos el día 26 y enviar los christmas atrasados, esperando que lleguen antes de Reyes, ya que al fin y al cabo todavía es Navidad. Además, siempre se puede echar la culpa a servicio postal del retraso y pícaramente fechar los christmas con el día 20 o anterior incluso (dependiendo de la cara que se le quiera echar al tema).

El hecho es que hay algo que siempre me incomoda, y es que la Navidad parece que empieza a primeros de diciembre con las decoraciones navideñas, y luego pasa tan rápido que el 26 ya nadie dice aquello de “Feliz Navidad”. Así que yo saco mi sempiterna reivindicación, y al grito de “aún es Navidad” aprovecho para colocar los christmas retrasados de turno, dándolos incluso en mano.

Aunque en justicia hay que decir que los belenes y los árboles suelen durar en nuestra casa hasta bien entrado Enero, no así sucede con la felicitación navideña, la cual parece que se limita a un tiempo determinado entre la celebración de la Lotería de Navidad y el día 25.

Yo lo llamo navidades sietemesinas, que son como una especie de parto adelantado, provocado a medias por el alcalde y por El Corte Inglés, que durante el tiempo de Adviento, nos imponen una estética navideña que desnaturaliza la espera y hace insípida la Navidad cuando realmente llega.

Así que en esto de felicitar la navidad, podríamos hacernos el propósito de seguir haciéndolo hasta Reyes. La gente, hasta fin de año, no te mira con cara rara cuando lo haces, pero a partir del uno de enero, felicitar la navidad es definitivamente de raros.

Y el caso es que en la Iglesia andamos con la Octava de Navidad, y aunque en el mundo secular la gente ande más preocupada por el décimo que por la octava, por la lotería que por el Niño, deberíamos recordarnos, todos los días en este tiempo, que hoy sigue siendo Navidad hasta Reyes.


Sic transit gloria mundi…y así va y viene la Navidad, sin que la reivindiquemos, porque en el fondo hemos contemporizado con que nos la hayan comercializado.

El caso es que gracias a las nuevas tecnologías, un año pude enviar a tiempo una felicitación navideña por correo electrónico a todos mis amigos, entre los que incluí a un grupo de gente con la que hacía deporte con regularidad, de los cuales sólo dos pisaban la iglesia.

Aún sabiendo ellos que soy cristiano, me supuso un cierto esfuerzo enviarles el christmas, por aquello del respeto humano, aunque no me privé en escribir un mensaje acerca de Dios, nada de arbolitos y bolitas multicolores.

Fue muy curioso, la primera reacción fue que alguien del grupo me borró de la lista de distribución de ciertos correos más que picantes que circulaban por correo electrónico entre el grupo de amigos. Nadie dijo ni una palabra.  Es en esos momentos en los que a uno le entra un cierto respeto humano, pero la situación se salvó de la manera más inesperada.

El único que me dio las gracias por la felicitación, diciéndome que era preciosa, fue precisamente la persona que me parecía más alejada de todos. Me dio mucho que pensar este hecho. Qué rápidos somos en juzgar, y qué poco creemos en la labor de sembrar a voleo, a diestro y siniestro, dando la cara por Cristo. La palabra hace falta, por bueno que sea el ejemplo, sin ella no basta…

En conclusión, este año una vez más, aquí estoy, rezagado, sin una oficina de Correos cerca, y no quiero dejar de felicitar la Navidad a mis allegados, que en este caso son los maravillosos lectores del blog. Lo voy a hacer con la felicitación que envié a estos amigos, la cual he encontrado rebuscando en el ordenador, perdida en un cajón de sastre informático.

Que el Niño Jesús nos traiga a todos los que formamos esta comunidad de ReL, lectores, blogueros, articulistas, redactores y editor, todos sus dones de paz, alegría y bondad para este año que llega. Ahora y durante todos estos días, ¡Feliz Navidad! Feliz Pascua del nacimiento de nuestro Dios y Señor, que ha irrumpido en la historia, para llevarnos a la casa del Padre. Ojala el Espíritu de este Niño Jesús, irrumpa en todas nuestras vidas, y lo abrase todo, con el fuego inconsumible de su amor.


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