La presidenta de Chile, Michelle Bachelet, ha sufrido un importante revés a la hora de aprobar la que ha sido una de sus grandes prioridades durante la legislatura. Aprobar la ley del aborto, basada en tres supuestos pero que en la práctica sería un coladero a ejemplo de la española, se ha convertido en su obsesión y cuando parecía estar más cerca que nunca el Congreso ha bloqueado el proyecto.

Tras aprobarse en el Senado tocaba que fuera ratificado en el Congreso chileno, pero la abstención de un diputado ha frenado la aprobación. Debido al funcionamiento legislativo chileno, este hecho es suficiente para que se deba votar de nuevo.


Marcelo Chávez, diputado de la Democracia Cristiana, formación en la que ha habido gran división interna, se abstuvo en la votación que versaba sobre el permiso, previa autorización del juez, de que menores de 14 años puedan abortar contra el criterio de sus padres o tutores legales.


Marcelo Chávez se abstuvo en una de las votaciones y frenó la aprobación de la ley

De este modo, al bloquearse en el Congreso se deberá convocar la llamada comisión mixta con miembros del Congreso y Senado, que deben votar las discrepancias existentes entre Congreso y Senado. Esto provocará que la aprobación se retrase varias semanas.


Este suceso podría ser una estrategia de los sectores provida de estas cámaras para lograr dilatar el proceso todo lo que sea posible. La ley, que previsiblemente será aprobada, será con total seguridad recurrida ante el Tribunal Constitucional.

Tal y como está conformado el tribunal, se podría dar un empate entre los magistrados a favor y en contra de la ley por lo que decidiría con su voto de calidad el presidente, Carlos Carmona, designado por Bachelet y favorable a este proyecto de ley.


Sin embargo, el 29 de agosto dejará el cargo a favor de Iván Aróstica, designado por el expresidente Piñera, y decididamente contrario al aborto por lo que el proyecto no alcanzaría el visto bueno del Constitucional.

Chile sigue siendo uno de los países provida donde el aborto no está permitido desde que se aprobara una ley en 1989. Este país se ha convertido, anulando así los argumentos proabortistas, en uno de los países de menor tasa de mortalidad materna y en 2008 tenía la segunda tasa más baja de toda América, sólo por detrás de Canadá.