En Eslovaquia, donde apenas un 13% del electorado se molestó en ir a votar a las elecciones europeas, 400.000 personas (uno de cada diez electores) firmaron una petición popular para que se convocase un referéndum que cambiase la Constitución defendiendo el matrimonio como unión de hombre y mujer, impidiendo la entrega de niños a parejas del mismo sexo y consagrando el derecho de los padres a retirar a sus hijos de clases de bioética o educación sexual contrarias a sus valores.

El pueblo lo pidió y este domingo se votará. Al contrario del exitoso referéndum profamilia que le precedió en Croacia, que no requería un voto mínimo, la exigente norma eslovaca obliga a que un 50% del electorado (no de los votantes) se declare a favor de un cambio constitucional para implantarlo por esta vía popular.

Desde que Eslovaquia salió de la tiranía comunista se han celebrado 7 referendos y el único que logró ese altísimo umbral fue el de 2012 para entrar en la Unión Europea (aunque luego los eslovacos ignoren las citas europeas en las urnas). Y este referéndum no se convoca junto a otras elecciones ni temas: quien vaya a las urnas es porque le interesa mucho el asunto.

Pero a la Alianza Pro Familia (www.alianciazarodinu.sk), aunque no consiga superar ese umbral del 50% del electorado, le basta con lograr una gran participación y activación de la población para mandar a los políticos un mensaje claro: los eslovacos no son indiferentes a la defensa de la familia y no van a admitir redefiniciones del matrimonio como en las vecinas Austria o República Checa, sino que más bien pretenden defender la familia como en Croacia y Hungría.



La Alianza Pro Familia mostró las 400.000 firmas que reclamaban el referéndum que se celebra este domingo


El Papa Francisco ayudó este pasado miércoles durante la audiencia, al transmitir un mensaje en eslovaco que pasó desapercibido fuera del país pero que en Eslovaquia retumbó con fuerza: “Saludo a los peregrinos de Eslovaquia y, a través de ellos, deseo expresar mi apreciación a toda la Iglesia eslovaca, animando a todos a continuar con sus esfuerzos en defensa de la familia, la célula vital de la sociedad”.

No mencionaba el referéndum, pero todos los cristianos en Eslovaquia supieron que era una llamada a la participación.

El portavoz de los obispos eslovacos, el padre Martin Kramara, ha recordado que no se trata de una campaña de la Iglesia sino de la sociedad civil. Pese a la dura persecución comunista de décadas contra los cristianos, aún hoy un 62% de los eslovacos se declaran católicos, en un país mucho más conservador y rural que la vecina y descristianizada República Checa. La mayoría de los católicos son de rito latino, con una gran parte de eslovacos católicos de rito bizantino. Hay además una minoría protestante más bien conservadora. Todos se han movilizado a famor de la familia y el matrimonio.


El lobby gay, por su parte, en vez de intentar buscar un voto del “no” (que sabe perdido) llama a la abstención.

Por un lado, para reivindicar como suyo cada voto no emitido, aunque se deba a ignorancia, desinterés o comodidad.

Por otro lado, porque en todo el mundo el lobby gay sostiene que los ciudadanos no tienen derecho a decidir qué es un matrimonio, sino que esto es algo que deciden los gobiernos asesorados por expertos en derechos humanos (del lobby, se entiende).

Es el caso de España, Inglaterra, Francia o Escocia, donde nadie consultó a los ciudadanos para redefinir el matrimonio.

Hay que tener en cuenta que, de hecho, en junio el Parlamento eslovaco ya añadió una modificación a la Constitución definiendo el matrimonio como la unión de hombre y mujer, aunque para la Alianza Pro Familia es insuficiente y deja “coladeros”. Además, en 2 ocasiones el matrimonioo las uniones del mismo sexo han llegado al Parlamento y en ambas han sido rechazadas contundentemente (en 2012 con 94 votos contra 14).


Todas las televisiones eslovacas se han negado a emitir anuncios de la campaña profamilia, con la excepción de la cadena de los obispos, Catholic Lux. La TV pública declaró que el tema lo trataría en debates y noticiarios. La TV Markíza declaró que no emite nunca anuncios de referendos. Y TV JOJ fue amenazada y amedrentada por activistas gays, según Anton Chromík de la Alianza Pro Familia. “La intimidación a los medios debe acabar”, pide Chromík.


Los profamilia eslovacos han traído al país a líderes de la Manif Pour Tous francesa y han usado algunos de sus emblemas y colores. Además, les ha asesorado Zeljka Markic, uno de los principales organizadores del exitoso referéndum profamilia de Croacia quien denuncia que los grandes medios de comunicación no quieren que la información profamilia llegue a los ciudadanos.


El presidente eslovaco, Andrej Kiska, ha declarado que votará y dirá sí a las dos primeras preguntas (matrimonio como unión de hombre y mujer y bloqueo de entrega de niños a parejas del mismo sexo) pero que no apoya la tercera pregunta (derecho de los padres a retirar a los niños de clases inmorales).

En general, los partidos y los políticos querrían evitar el tema, pero los ciudadanos se han movilizado y les obligan a posicionarse. El partido del Movimiento Cristiano Democrático ha pedido a sus votantes el “sí” para las tres preguntas. Los liberales “Libertad y Solidaridad” recomiendan no votar, con lo cual se alinean con el lobby del homosexualismo político.

[El resultado del referendum comentado aquí]