No sólo en Francia se habla en los últimos tiempos del matrimonio homosexual. También Italia vive, desde el comienzo del curso académico, una oleada de informaciones y sucesos relacionados con el mismo asunto.

Y es que no sólo preocupa la posible vuelta de Berlusconi a la política. En calles y cafeterías se han las palabras del alcalde de Milán, Giuliano Pisapia , que se ha declarado favorable a la adopción de niños por parte de parejas homosexuales. En realidad, no es de extrañar: no en vano Pisapia está rodeado de colaboradores muy señalados por su radicalidad, como el extremista Maurizio Azzolini, la fundadora del Grupo Soggettività Lesbica, Anita Sonego, o Elisabetta Strada, conocida por pronunciarse a favor de los llamados «oratorios laicos».

El alcalde de Milán aseguró a mediados de septiembre que «mejor unos padres homosexuales que no tener ninguno».
Desde entonces, las reacciones no se han hecho esperar, y desde muchos ámbitos han surgido respuestas a las palabras de Giuliano Pisapia.

El PdL, partido de centro derecha, respondió rapidamente preguntándose si esta propuesta se ocupaba de «los problemas reales de la ciudad»: «Después de la aprobación del registro para las uniones de hecho, ahora Pisapia se pronuncia a favor de las adopciones por parte de parejas homosexuales, mientras continuan desatendidas las expectativos de quien espera proyectos creíbles y servicios reales», lamentaba Mario Mantovani, coordinador regional de la región de Lombardía.

También han respondido con rotundidad a las palabras de Pisapia la Asociación Italiana de Abogados Matrimonialistas : «Adoptar no es un derecho de los adultos, sino una posibilidad de garantizar una familia a uno o más menores abandonados. Y éste es el sentido de las leyes que regulan las adopciones nacionales e internacionales, hechas para tutelar el único y verdadero derecho, el del menor, a recibir un modelo idéntico a su familia de origen, compuesta por un padre y una madre. La visión de Pisapia es absolutamente adultocéntrica», en palabras de Gian Ettore Gassani, su presidente.
Pero, sin duda, la mejor y más documentada respuesta ha llegado en los últimos días por parte de Giuseppe di Mauro, presidente de la Sociedad Italiana de Pediatría Preventiva y Social , que ha invitado al alcalde milanés a dejar de «difundir informaciones superficiales y engañosas» sobre este tema: «Estamos preocupados porque los medios de comunicación hablan de esto a la ligera. En cambio, el tema es muy delicado y debe ser evaluado con mayor rigor científico, sobre todo por las repercusiones que conllevan en el crecimiento y desarrollo del niño», argumenta Di Mauro.

Estudios realizados en este sentido hay muchos, explica el doctor, pero su calidad es pobre, especialmente en relación con el método de muestreo: un estudio científicamente válido debe llevarse a cabo sobre una muestra aleatoria y un número importante de sujetos.

«En cambio, la mayor parte de las investigaciones sobre este tema han sido realizados con muestras no aleatorias y pequeñas, y por lo tanto no representativas», explica el presidente de la SIPPS.

Los datos a los que por lo general se refieren los partidarios de las adopciones de homosexuales para dar una base científica a sus opiniones son los referidos a 59 pequeños estudios analizados en 2004 por la American Psychological Association , que muestra que los hijos de padres gays o lesbianas no están en desventaja en comparación con los de las parejas heterosexuales.

Sin embargo, los voceros no mencionan que estos estudios fueron desacreditados después por una gran parte de la comunidad científica y por el propio ex presidente de la sociedad científica.

De hecho, en julio de este año, el estudio realizado por Loren Marks publicado en la prestigiosa revista científica Social Science Research ha demostrado su invalidez. El investigador de la Lousinana State University analizó los 59 estudios citados por la APA en apoyo de su tesis, demostrando que carecen de una muestra homogénea, grupos de comparación y, además, que muestran muchas lagunas: datos contradictorios, falta de anonimato de los participantes en la investigación, alcance limitado de los resultados de los niños estudiados y falta de datos a largo plazo.

La conclusión, según Marks Loren, es que las reivindicaciones del APA no están, ni mucho menos, empíricamente justificadas. Posteriormente, fue el ex presidente de la American Psychological Association, el psicólogo Nicholas Cummings, quién se posicionó a cierta distancia de los estudios: «La APA ha permitido que la corrección política triunfe sobre la ciencia, el conocimiento clínico y la integridad profesional».

En la misma línea se posicionó también David Eggebeen , del Departamento de Desarrollo Humano y Estudios Familiares en la Universidad Estatal de Pennsylvania, que aseguró que el estudio de Loren Marks «ofrece argumentos razonables que justifican una mayor cautela al sacar conclusiones firmes».

Entonces, ¿en qué estudios pueden basarse los detractores de las adopciones de homosexuales? El único estudio que actualmente tiene una validez reconocida en este campo es el realizado por Mark Regnerus, sociólogo de la Universidad de Texas. De hecho, el estudio, publicado en 2012, puede presumir de un procedimiento inédito cuantitativa y cualitativamente: está basado en la muestra aleatoria representativa más grande a nivel nacional, nada menos que 12.000 sujetos.

Además, por primera vez se habla directamente con los hijos (ahora ya adultos) de padres homosexuales, y las cifras son claras: el 12% piensa en el suicidio (en comparación con el 5% de los hijos de las parejas heterosexuales), son más propensos a la traición (40% versus 13%), recurren más fácilmente a la psicoterapia (19% frente al 8%) y la asistencia social se dedica a ellos más a menudo que a sus coetáneos criados por parejas heterosexuales casadas. En el 40% de los casos, han contraído una enfermedad de transmisión sexual (frente al 8%), son en general menos saludables, más pobres, más propensos a fumar y al crimen.

Los niños tienen una gran capacidad de adaptación, «sin embargo, teniendo en cuenta la literatura científica disponible, viven mejor cuando pasan toda su infancia con sus padres biológicos, casados, y en especial cuando la unión de los padres permanece a lo lago del tiempo», asegura.

«El debate es muy complejo y está aún abierto científicamente. Por lo tanto, sería recomendable que los medios de comunicación informaran con mayor cautela y prudencia», concluye.

La información se puede encontrar en esta publicación de la SIPPS:

http://www.sipps.it/pdf/rivista/anno7/3_2012.pdf

Un estudio revela que los niños criados por parejas gays tienen más dificultades en su edad adulta

Doscientos estudios desaconsejan que los gays adopten niños