El 14 de mayo empieza un ciclo de conferencias en Italia sobre natalidad y demografía, y el Papa Francisco participa físicamente. Acudirá en persona a la sesión inaugural a las 9.30 de la mañana en el Auditorium de la Conciliación en Roma, aunque luego la mayoría de actos serán online.

También participarán políticos importantes: la ministra de la Familia, Elena Bonetti, el ministro de Educación, Patrizio Bianchi, y el presidente de la Región del Lazio, Nicola Zingaretti. Lo organiza el Foro de las Asociaciones Familiares.

En 2020 nacieron sólo 404.104 niños en Italia, la tasa más baja desde que se unificó el país en 1861, 157.000 niños menos que en 2010.

En Italia, al menos, se han empezado a dar algunos pasos para mejorar: una nueva 'Ley de la familia' ofrece hasta 250 euros al mes por cada hijo desde el séptimo mes de embarazo hasta los 21 años. Y se habla del tema.

En España, la natalidad es tema tabú

En cambio, en España, casi ningún político español (excepto a veces alguno de Vox) habla jamás de natalidad y demografía y las ayudas a la familia brillan por su ausencia.

La natalidad es desastrosa en España. Cumple exactamente 40 años sin la cifra de equilibrio que piden los demógrafos: los 2,1 hijos por mujer en edad fértil. En 1975 España aún tenía 2,8, pero en 1981 ya bajó al 2, y desde 1988 no pasa de 1,5. En 2019, antes de la pandemia de coronavirus, murieron 418.000 personas en España y nacieron sólo 360.000 bebés, 12.000 bebés menos (un 3% menos) que en 2018.

Y no mejorará porque las mujeres en edad fértil en España ya son muy pocas: como media, una española tiene hoy 44,6 años. Incluso contando las inmigrantes, hay sólo 5,8 millones de mujeres en edad fértil en España (de 18 a 38 años; los ovarios se empiezan a estropear a los 35) y las treintañeras son muchas más que las veinteañeras.

Pero lo peor es que mientras en Italia se dan ayudas, se debate sobre el tema, acuden ministros y hasta acude el Papa, en España la natalidad sigue siendo un tema tabú.

En este análisis, Domingo Soriano examina cómo sociedades ricas con muchas ayudas a la familia en guarderías y días de baja (Holanda, Suecia) siguen con natalidades bajísimas; "es un tema de mentalidad, hacer planes a medio y largo plazo, y saber que para tener hijos has de renunciar a cosas", concluye. Pero en España nadie habla de eso ni propone compensarlo