Este sábado la Santa Sede publicó un comunicado en el que informaba de la decisión del Papa Francisco de expulsar del estado clerical a dos obispos eméritos chilenos tras haberse demostrado “actos manifiestos de abusos a menores”.

Se trata del arzobispo emérito de La Serena, Francisco José Cox Huneeus, y el obispo emérito de Iquique, Marco Antonio Órdenes Fernández.

En el comunicado, la Santa Sede informa que a ambos obispos chilenos se les ha aplicado el artículo 21 § 2, 2° del motu proprio Sacramentorum Sanctitatis Tutela, como consecuencia de sus actos reprobables.

“La decisión adoptada por el Papa el pasado jueves, 11 de octubre de 2018, no admite recurso. La Congregación para la Doctrina de la Fe lo ha notificado ya a los interesados, a través de sus respectivos superiores, en sus respectivas residencias”, añadía. Por último, se informa de que “Francisco José Cox Huneeus continuará formando parte del Instituto de los Padres de Schoenstatt”.

El Papa recibe al presidente de Chile

Precisamente, el mismo día que se conocía esta decisión, el Papa Francisco recibía en el Vaticano al presidente de Chile, Sebastián Piñera, que además se reunió con el secretario de Estado, Pietro Parolin.

El hasta ahora arzobispo Cox vive retirado desde 2002 Vallendar (Alemania), en una comunidad de los Padres Schoenstatt, a la que pertenece, y había sido acusado de abusos sexuales a menores en Chile y recientemente también de un caso en Alemania. Fue enviado a este país europeo en 2002 para llevar una vida de “silencio, oración y penitencia” después de que se conocieran las primeras acusaciones.

Por su parte, Benedicto XVI aceptó la renuncia de Órdenes en 2012 y está retirado en Perú después de que se le acusara de abusos sexuales  a un menor.