La Sala de Prensa de la Santa Sede ha publicado este martes dos comunicados ante sendos hechos que han levantado polémica en las últimas semanas.

Por un lado la situación del obispo chileno, Juan Barros, al que el Papa defendió públicamente en Chile pese a las acusaciones de encubrir abusos sexuales. Y por otro, la situación de la Iglesia en China, ante las informaciones que dicen que funcionarios vaticanos habrían pedido a obispos de la iglesia clandestina que renunciaran para dejar paso a obispos de la Iglesia Patriótica controlada por el Partido Comunista.


Con respecto al tema chileno, durante su reciente visita al país andino el Papa Francisco levantó una gran polémica al responder una pregunta sobre el obispo de Osorno, al que acusaron de conocer y encubrir los abusos de su mentor el sacerdote Karadima, y al que el Papa ha defendido en varias ocasiones. “El día que me traigan una prueba contra el obispo Barros, ahí voy a hablar. No una sola prueba en contra. Es todo calumnia. ¿Está claro?”, dijo el Papa a una periodista en Iquique, Chile.


El Papa ha elegido a Scicluna para que viaje a Chile a investigar el caso Barros

Rápidamente, hubo una cascada de reacciones y de críticas de víctimas de abusos sexuales. Y en un comunicado, el cardenal O´Malley aseguraba que era “comprensible” el dolor que las palabras del Papa produjeron en las víctimas y lamentó que pudieran sugerir la idea de que “si no puedes probar tus acusaciones, no serás creído”. El Papa pidió posteriormente disculpas y dijo que sin más pruebas no podía condenar a este obispo.

En el comunicado de la Santa Sede emitido este martes se habla de “algunas informaciones recientes” sobre monseñor Barros, lo que ha provocado que el Papa haya pedido a Charles J. Scicluna, arzobispo de Malta, y experto en la investigación de casos de abusos sexual, que viaje a Santiago de Chile “para escuchar a quienes han manifestado la voluntad de dar a conocer elementos que poseen”.


Por otro lado, Greg Burke ha emitido otro comunicado sobre las declaraciones del cardenal Zen, arzobispo emérito de Hong Kong, en la que afirmaba tras haberse reunido con Francisco en el Vaticano que en China la Santa Sede no estaría actuando tal y como querría el Papa. En el encuentro hablaron del caso del obispo Peter Zhuang Jianjian, fiel a Roma y a quien funcionarios de la Santa Sede habrían pedido que renunciara a favor de Huag Bingzhang, excomulgado en 2011 y cercano al Partido Comunista.


El cardenal Zen es la voz de los católicos clandestinos chinos fieles a Roma

En dicho encuentro, Zen asegura que el Papa le dijo que había advertido a sus colaboradores que “no creen otro caso Mindszenty”, cardenal húngaro opositor al comunismo y que tuvo que pedir asilo en la embajada de EEUU y que tras un acuerdo entre la Santa Sede y las autoridades comunistas tuvo que abandonar el país en 1971.

Ante esta situación de confusión, el cardenal se preguntaba si “¿acaso creo que el Vaticano está vendiendo la Iglesia Católica en China? Sí, definitivamente, van en la dirección que es obvia en todo lo que han hecho en los últimos meses y años”.

En el comunicado de la Santa Sede, el portavoz vaticano Greg Burke asegura que “el Papa está en permanente contacto con sus colaboradores, en particular con la Secretaría de Estado, en los asuntos de China, y es informado por ellos fielmente y en detalle sobre la situación de la Iglesia Católica en China y en los pasos para el progreso del diálogo entre la Santa Sede y la República China, los cuales sigue con mucha atención. Por lo tanto, es sorprendente y lamentable que se afirme lo contrario por personas de la Iglesia, fomentando así la confusión y la controversia”.