Francisco ha recibido este sábado a los Misioneros del Sagrado Corazón de Jesús, reunidos en Roma para su capítulo general. 

“En actitud de escucha de cuanto el Espíritu dice hoy a su Iglesia y abiertos a lo que pide la humanidad, ustedes sabrán tomar de la fuente genuina e inextinguible de su carisma un nuevo impulso, opciones valientes, expresiones creativas de la misión que se les ha confiado”, afirmó Francisco.

Los Misioneros del Sagrado Corazón  (www.misacor.org) fueron creados por el padre Julio Chevalier en 1854 como una congregación religiosa misionera. Hoy tiene 1.800 integrantes entre saceredotes y hermanos y está presente en 55 países de los cinco continentes. Mantiene colegios y parroquias y en sus 150 años de vida ha contado con docenas de obispos, sobre todo en países de misión.

El Papa continuó: “Enviándolos como misioneros en el mundo, éste es el primer evangelio que la Iglesia les encomienda: mostrar en sus propias personas y con sus obras el amor apasionado y tierno de Dios para con los pequeños, los últimos, los indefensos, los descartados de la tierra”.

Por otro lado, el Papa destacó la importancia de la educación y de “acompañar a las nuevas generaciones a aprender los valores humanos y a cultivar una visión evangélica de la vida y de la historia”.

Pidió también evitar el clericalismo. “Los hermanos son una gracia, en una congregación los hermanos son una gracia del Señor. No cedan al mal del clericalismo que aleja al pueblo y especialmente a los jóvenes de la Iglesia, como ya pude recordar otras veces”.