Francisco, en su rezo del Regina Coeli este domingo después de la Santa Misa por el Jubileo de los Adolescentes, en la Plaza de San Pedro, recordó con preocupación a “los hermanos obispos, sacerdotes, religiosos, católicos y ortodoxos secuestrados desde hace mucho tiempo en Siria”, a manos de los terroristas.

El Papa se refería al secuestro de Yohanna Ibrahim y Boulos Yazij, obispos ortodoxos de Alepo (uno de la Iglesia Ortodoxa Griega, otro de la Iglesia Ortodoxa de Antioquía). Sucedió el 22 de abril de 2013 y desde entonces durante estos tres años sólo han trascendido rumores sin confirmar acerca de su destino o paradero.

“Que Dios misericordioso toque el corazón de los secuestradores y conceda cuanto antes a nuestros hermanos ser liberados y poder regresar a sus comunidades”. “Por eso los invito a todos ustedes a orar, sin olvidar a las otras personas secuestradas en el mundo”, añadió.

En este marco de testimonio de fe al Señor, recordó también las figuras de los nuevos 5 beatos mártires españoles proclamados en Burgos este sábado pasado, el sacerdote Valentín Palencia Marquina y cuatro compañeros suyos, asesinados por su fe durante la Guerra Civil Española. “Alabemos al Señor por sus valientes testimonios y por su intercesión supliquemos liberar al mundo de toda violencia”, invitó el Pontífice.


En Siria, los fieles de las diversas iglesias cristianas recuerdan a los obispos secuestrados y “cada vez que se tiene una oración común rezamos por ellos, se piensa en ellos”, según declara el patriarca católico melquita Gregorio III Laham, al recordar los tres años de secuestro. Se trata de un caso “anómalo”, porque no se han dado reivindicaciones del secuestro ni peticiones de rescate.

Yohanna Ibrahim, obispo de la diócesis sirio-ortodoxa de Alepo, y Boulos Yaziji, arzobispo de la diócesis ortodoxa griega de la ciudad, fueron raptados poco antes de las 6 de la tarde en la localidad de Kafr Dael, a aproximadamente 10 km de Alepo. Según algunos testigos, los dos prelados estaban tratando de obtener la liberación de dos sacerdotes, Michel Kayyal (católico armenio) y Maher Mahfouz (ortodoxo griego), secuestrados en febrero del mismo año.


Al llegar ellos a un puesto de bloqueo de las milicias rebeldes, se acercaron al auto en que viajaban los dos obispos algunos hombres armados, quizás yihadistas chechenos, que dispararon contra el vehículo, matando al diácono que conducía y secuestrando a los prelados.

A partir de los testimonios recogidos en las horas posteriores al secuestro, surgió que el grupo estaba compuesto por extranjeros que no hablaban árabe. Sin embargo, desde aquél momento hubo un silencio total sobre el caso, ningún grupo reivindicó el gesto, y hasta hoy no fue posible saber siquiera si los dos obispos metropolitas de Alepo siguen aún con vida.

Por eso, la Iglesia sirio ortodoxa y la Iglesia ortodoxa griega organizaron un encuentro de oración titulado “Nosotros no olvidamos”, que se llevó a cabo el 19 de abril pasado en Beirut, con el objetivo de mantener vivo su recuerdo. En la celebración participaron personalidades políticas y religiosas del Líbano y Medio Oriente.

El patriarca de Antioquía y de todo Oriente, confirmó que “hace tres años que no se sabe nada de ellos”, y exhortó a seguir rezando y pidió que haya una movilización general, internacional por la paz en Siria. “Que estos dos mártires sean un signo de lo que advendrá, una cruz en el camino del pueblo sirio”, expresó.