A las 11 de la mañana de este jueves empezó en la Sala de Prensa del Vaticano la presentación de la encíclica Laudato Si´. El nombre significa "Loado seas", en el dialecto italiano de Umbría que usaba Francisco de Asís, autor de un cántico de agradecimiento a Dios por la naturaleza escrito en 1225.

La encíclica del Papa argentino se considera también una alabanza a la creación, pero dedicando un amplio espacio a denunciar las actividades que destruyen la naturaleza y la falta de voluntad política y social para impedir esta destrucción.

Francisco adelantó el miércoles que la destrucción de la creación perjudica a todos y "especialmente a los más pobres".

El texto va dirigido no sólo a los creyentes, sino a todas las personas que quieran tomar conciencia de la necesidad de proteger la naturaleza.

Para presentar su documento, el pontífice ha elegido a un representante de la Iglesia católica, al presidente del Pontificio Consejo de Justicia y Paz, el cardenal ghanés Peter Turkson; pero también a Juan Zizioulas, que tiene el título de metropolita (arzobispo) ortodoxo de Pérgamo  y representante del patriarcado ortodoxo de Constantinopla, filósofo influyente en Occidente (ha sido profesor universitario en Escocia y es experto en teólogos rusos del exilio del s.XX) y es muy activo en temas ecológicos.

En la mesa, presentando la encíclica ha estado también Hans Joachim Schellnhuber, un laico y científico alemán, físico téorico, fundador y director del Instituto Potsdam para la investigación sobre el impacto del cambio climático y presidente del Consejo Alemán sobre el Cambio Climático. Además, una nota vaticana con fecha del 17 de julio anuncia que el Papa lo ha designado como nuevo miembro de la Academia Pontifica de las Ciencias.

El Papa declaró en el vuelo volviendo de Filipinas el pasado enero que espera que esta encíclica cause un debate social y político influyente de cara a la Cumbre sobre el clima de París de diciembre de 2015.