Mediante el Espíritu Santo, Dios da a los cristianos el cielo como un "depósito" de la eternidad, explicó el Papa Francisco en su homilía matinal de este viernes  17 de octubre en la capilla de la Casa Santa Marta.

El Espíritu Santo, dijo, es el "sello" de la luz con la que Dios nos ha dado "el Cielo en la mano" a los cristianos.

Francisco explicó las palabras de San Pablo a los efesios sobre "el sello del Espíritu Santo." Con este regalo, el Papa dice: "Dios no sólo nos ha elegido", sino que nos da un estilo, "una forma de vida, que no es sólo una lista de hábitos, es más: es una identidad".

"Nuestra identidad es precisamente este sello, este poder del Espíritu Santo, que todos hemos recibido en el Bautismo. Y el Espíritu Santo ha sellado nuestros corazones, y más aún, camina con nosotros. Este Espíritu, que fue prometido - Jesús lo dijo - este Espíritu no sólo nos da una identidad, sino que, también, es prenda de nuestra herencia. Con él, comienza el cielo. Estamos viviendo en este cielo, esta eternidad, porque hemos sido sellados por el Espíritu Santo, que es sólo el comienzo de los Cielos: era el depósito; tenemos en la mano. Tenemos el Cielo en la mano con este sello ".

No es posible perder esa identidad, no es posible que el sello se borre... pero sí que quede oculto, opaco.

"Es el cristiano tibio. Es un cristiano, sí, va a misa los domingos, sí, pero en su identidad la vida no se ve. Incluso vive como un pagano. Es tibio".

Y el otro pecado del que previene Jesús es el de la hipocresía de los fariseos que fingen lo que no son.

"Cuando yo pretendo ser un cristiano, pero no lo soy... Ellos no son transparentes, yo digo una cosa - "sí, sí, yo soy cristiano ´- pero hacen otra que no es cristiana".

El Espíritu Santo trae consigo, dijo el Papa, regalos de muy diferentes tipos. "El amor, gozo, paz, paciencia, amabilidad, bondad, fidelidad, mansedumbre, dominio de sí mismo. Y este es nuestro camino al cielo, es nuestro camino, que comienza el Cielo aquí. ¿Por qué tenemos esta identidad cristiana, que hemos sido sellados por el Espíritu Santo. Le pedimos al Señor la gracia de ser cuidadosos con este sello, en esta nuestra identidad cristiana, que no es sólo una promesa, no, ya lo tenemos en la mano como un depósito. "