El Papa Francisco y el arzobispo de Canterbury, Justin Welby, renovaron juntos este lunes “la promesa de perseverar en la lucha contra las nuevas formas de esclavitud”, una lacra contemporánea que los responsables de ambas Iglesias notan como una herida en propia carne.

El Santo Padre elogió a Welby “por su empeño en oponerse a ese crimen intolerable contra la dignidad humana”, que se perpetra de modo un oculto pero muy extenso pues las personas que viven en condiciones de esclavitud –tanto en países pobres como en países ricos occidentales- son más de 30 millones.

El arzobispo Welby agradeció, a su vez, “el progreso realizado para llamar la atención del mundo sobre la Esclavitud Moderna y el Trafico de Seres Humanos. El Global Freedom Network puede lograr mucho en el desmantelamiento de lo que usted suele llamar un grave crimen contra la humanidad”.

El Global Freedom Network (www.gfn2020.org/es/)
, lanzado el pasado 17 de marzo es una iniciativa conjunta de las dos Iglesias y de la universidad islámica de Al-Azhar en el Cairo, con la ayuda de varias fundaciones.


En realidad, la primera línea de ayuda a personas esclavas y a mujeres víctimas de la prostitución en régimen de esclavitud suelen ser las monjas y voluntarias, tanto católicas como anglicanas, que ayudan a las chicas a salir de esa situación en la que están encadenadas por deudas con sus explotadores, adicción forzada a drogas o incluso amenazas de las mafias contra sus familias en su país de origen.

En su segunda visita al Vaticano, el arzobispo Welby comentó al Papa que “en estos meses he viajado con mi esposa a zonas de guerra en África. El recuerdo de los muertos sin enterrar y del sufrimiento de los supervivientes está marcado en nuestros corazones”.

Cuando el Papa estaba terminando su discurso en italiano, miró a su amigo y le dijo en inglés: “No olvides las tres ‘p’”. Welby, sorprendido, le preguntó: “¿Las tres ‘p’?, y Francisco clarificó: “Plegaria, paz y pobreza. Tenemos que caminar juntos”.

El arzobispo asintió y lo remachó con la misma expresión: “Tenemos que caminar juntos”.

El Papa y el Primado Anglicano renovaron el propósito de avanzar en el camino ecuménico con el deseo de llegar algún día a la plena unidad.