El Papa Francisco saludó al padre Alessandro de Sanctis (95 años), considerado el sacerdote más anciano de Italia y que se mantiene en servicio. El presbítero ha celebrado durante su ministerio 46.000 misas, 1.400 funerales, cientos de bautizos y bodas y ha conocido a los últimos nueve Papas.

El Padre Sanctis tiene 72 años como sacerdote. El pasado 26 de diciembre celebró su aniversario y en la última audiencia general, el Papa Francisco le preguntó: “¿95 años? ¡¿Y dónde los has escondido?!”.

El presbítero fue ordenado sacerdote en 1942 a los 24 años, y está al servicio en una Parroquia en Filettino localidad situada en unas colinas a 70 kilómetros al este de Roma. Para el diario italiano Il Corriere della Sera, Sanctis es el “sacerdote de los récords”.

El diario Avvenire subrayó que “al ver cómo le saludan sus feligreses por la calle, se entiende cómo le quieren aquellos para los que se ha convertido en un verdadero padre”.

Según informó Aleteia.org, Sancti ha conocido personalmente a algunos de los nueve Pontífices que durante su larga vida ha visto subir al sillón Petrino. En declaraciones a Radio Vaticana el sacerdote manifestó que “yo le había escrito (al Papa Francisco): espero que el Señor me dé la gracia de besar la mano del noveno Papa de mi vida”.

Cuando nació en 1918, estaba el Papa Benedicto XV,
y conoció a Pío XI a los 13 años cuando era seminarista en el Seminario Menor, luego conoció a Pablo VI, Juan Pablo II con quien se encontró varias veces, también conoció a Benedicto XVI y ahora al Papa Francisco.

El presbítero recordó que hace diez años en Castel Gandolfo: “Me arrodillé de golpe para besar el anillo del pescador y me levanté como un muelle, sin ayuda de nadie. Tenía 93 años. El Papa emérito exclamó entonces: ¡Pero es joven!”.


Durante la Segunda Guerra Mundial, el sacerdote salvó a muchos de sus compatriotas de ser fusilados por los alemanes y llegó hasta esconder una familia judía en un ático.

Sancti que fue hijo de un leñador y considera que sus padres fueron santos, aprovechó la oportunidad frente al Papa para decirle: “Le esperamos en Filettino”, a lo que el Santo Padre respondió: “espero poder ir. Hombre santo, ¡reza por mí!.


Para este sacerdote con “olor a ovejas” y muy querido por sus feligreses el Papa Francisco “que entra en contacto con la gente tan humilde y sencillamente. (…) Es un buen Papa para una buena época, con un gran carisma… Bergoglio no es un papa revolucionario, es alguien que sabe ser el vicario de Cristo en la Tierra, que conoce a fondo las miserias y las debilidades humanas, más que cualquier otro”.