Durante su homilía diaria en la misa de Casa Santa Marta, el Papa explicó este viernes que la actitud y la vida de los cristianos debe ser siempre alegre y festiva, al modo en que sugiere la celebración de unas bodas.

“El cristiano es fundamentalmente alegre. Esto me hace pensar en las bodas de Caná: es por eso por lo que Jesús hizo aquel milagro; es por eso por lo que la Virgen María, cuando se dio cuenta de que no quedaba vino (y si no hay vino no hay fiesta... imaginemos acabar aquella boda bebiendo té o zumo: eso no es...) pidió el milagro. Y así es la vida cristiana. La vida cristiana tiene esta actitud alegre, alegre de corazón”, dijo Francisco.

"Es la novedad del Evangelio", continuó: "Jesús es el esposo, el marido que se casa con la Iglesia, el esposo que ama a la Iglesia, que da su vida por la Iglesia. ¡Y Jesús hace esta fiesta de bodas! Jesús nos pide a nosotros la alegría de la fiesta, la alegría de ser cristianos. Y nos pide también la totalidad: todo de Él. Y si tenemos alguna cosa que que no sea de Él, hay que arrepentirse, pedir perdón y seguir adelante. Que el Señor nos conceda a todos la gracia de tener siempre esta alegría, como si fuésemos de boda. Y también tener esta fidelidad: que el único esposo sea el Señor”.