Un grupo de "artistas italianos" es el responsable de una singular pegada de carteles junto a la basílica de San Juan de Letrán, en Roma, donde con el lema Vota Turkson se imita la propaganda electoral aplicada al próximo cónclave. El afiche incluye las palabras Vivere Christus est [La vida es Cristo], extraídas de la carta de San Pablo a los Filipenses (1, 21).

La broma parece interesada para situar al cardenal Peter Turkson, de 64 años, presidente del Consejo Pontificio Justicia y Paz desde 2009 hasta la sede vacante y antiguo arzobispo de Cape Coast (Ghana), en una posición incómoda ante la próxima elección de Papa. Ya se le acusó recientemente de "postularse", solamente porque hizo unas declaraciones señalando las necesidades que veía en la Iglesia y la forma de afrontarlas, algo que han hecho en estos días otros cardenales sin sufrir similar presión.

Turkson, de padre católico y madre metodista, buen amigo de su compatriota el ex secretario general de la ONU Kofi Annan, está considerado uno de los papables africanos. Es un hombre apacible y muy querido, firme en la exposición de la fe y la defensa de la moral, y que tuvo la valentía de alertar al último Sínodo de obispos sobre Nueva Evangelización de los peligros de la callada invasión islámica de Europa.

¿Se tratan los carteles sólo de una broma que ha escogido un rostro muy significado en las últimas fechas -justo por ser negro-? ¿Intentan "quemar", trivializándole, a un cardenal que sería, como Papa, muy poco del agrado de los poderes mundiales y del establishment progresista? Por el momento, muchos romanos lo toman como una simple curiosidad entre las muchas que circulan estos días por la Ciudad Eterna, con vistas a la inmediata sucesión de Benedicto XVI.