Aceptar el don de la fe y la esperanza en Cristo, es lo que llena verdaderamente el corazón humano, ha dicho el Papa en su saludo a los peregrinos de lengua española, después de la oración del Ángelus dominical.

En su reflexión previa sobre las bodas de Caná, en las que Jesús transforma el agua en vino, Benedicto XVI afirmó que “el vino es símbolo de la alegría del amor”, pero que “también hace alusión a la sangre que Jesús derramará al final, para sellar su pacto nupcial con la humanidad”.

Seguidamente el Papa expresó que “la Iglesia es la esposa de Cristo, el cual la hace santa y bella con su gracia. Sin embargo esta esposa, formada de seres humanos, necesita siempre la purificación. Y una de las culpas más graves que desfiguran el rostro de la Iglesia es la que va contra su unidad visible, en particular las históricas divisiones que han separado los cristianos y que no han sido aún superadas”.
 
Benedicto XVI animó a todos, en la semana de oración por la unidad de los cristianos que se desarrolla del 18 al 25 de enero, a rezar juntos para que podamos realizar “lo que el Señor nos exige”.

El Papa concluyó: “Queridos amigos, a la oración por la unidad de los cristianos quisiera agregar una vez más la de la paz, para que, en los diversos conflictos por desgracia en acto, cesen las tragedias de civiles inermes, que termine toda violencia, y se encuentre el ánimo del diálogo y de las negociaciones. Para ambas intenciones, invoquemos la intercesión de María Santísima, mediadora de gracia”.

“Saludo cordialmente a los peregrinos de lengua española", dijo luego Benedicto XVI, "en particular al grupo de la parroquia de la Preciosísima Sangre, de Valencia. Hoy, el Evangelio nos habla de las bodas de Caná, donde Jesús realizó el primer signo de su misión en el mundo. Él viene a colmar con su don la plena salvación del hombre, que por sí solo no puede alcanzar. Aceptar el don que se le ofrece, el don de la fe y la esperanza en Cristo, es lo que llena verdaderamente el corazón humano. Hoy le pedimos también el don de la unidad de los cristianos. Y, como en aquellas bodas, María nos indica el camino para que Dios entre en nuestra vida: «Haced lo que Jesús os diga». Hagamos confiadamente cada día lo que dice nuestra Madre del cielo. Feliz domingo”.