El que se ocupa del diálogo con las demás religiones, especialmente con el Islam, en el Vaticano es el cardenal francés Jean-Louis Tauran, que fue consejero en la nunciatura de Beirut durante la guerra y, sobre todo, Secretario para las relaciones con los estados, acompañó a Benedicto XVI a Líbano y volvió con mucho entusiasmo por las palabras del Papa sobre las relaciones con los musulmanes.

Al volver a Roma en el avión del Papa, el cardenal Tauran concedió una entrevista a los periodistas franceses de la agencia de prensa I.Media y del periódico “La Croix”, en la que sostuvo que «el islamismo» es el «enemigo común» de cristianos y musulmanes.

También indicó que está muy entusiasmado y espera que se pueda retomar la relación con la Universidad Al-Azhar de El Cairo, que se interrumpieron en enero de 2011 tras las declaraciones del Papa en defensa de los cristianos después del atentado en contra de la catedral de Alejandría.

«La reacción de los líderes musulmanes al discurso del Papa fue muy positiva», dijo el cardenal Tauran, según quien, «incluso los musulmanes de la base» reaccionaron bien a las palabras de Benedicto XVI.

«No esperaba una respuesta tan entusiasta», reconoció el alto prelado francés. El Papa «demostró su aprecio por el Islam», pero esto no significa que los cristianos «deben liquidar su fe o ponerla entre paréntesis».

Según el cardenal Tauran, este viaje fue una etapa esencial del diálogo entre musulmanes y cristianos, porque el Papa Benedicto XVI explicó que no es una utopía «vivir juntos», y demostró que no tiene ninguna intención de humillar al Islam, es más, todo lo contrario.

Al hablar de las palabras del Papa en Beirut ante el peligro del fudnamentalismo y de la respuesta de sus interlocutores, el cardenal dijo que está claro que «cristianos y musulmanes tienen un enemigo común, el islamismo».

El purpurado francés, que fue profesor en Líbano, dijo que es justamente en la escuela en donde se puede comenzar a cambiar la sociedad . «Bastaría poco, por ejemplo, para eliminar el apelativo de “infieles” asociado con los cristianos en los libros de historia de los países árabes».

Después del viaje a Líbano podría venir un cambio en las relaciones entre el Vaticano con los musulmanes, sobre todo con los sunitas. Efectivamente, concluyó Tauran, «espero, particularmente, que nuestra situación con la Universidad Al-Azhar de El Cairo se aclare completamente en el futuro».