Según informó la Oficina de Prensa de la Santa Sede, a las 12.30 horas del domingo 28 de julio concluyeron las operaciones en el Camposanto Teutónico del Vaticano, como parte de las tareas de investigación del caso de Emanuela Orlandi, joven italiana hija de un empleado del Vaticano desaparecida hace 36 años.

Los investigadores de la Gendarmería Vaticana y de la familia Orlandi han examinado muchos huesos de los osarios de este cementerio: ninguno es posterior al siglo XIX y por lo tanto no hay nada que los relacione con la joven desaparecida.

El profesor forense Giovanni Arcudi, asistido por su personal - en presencia del experto de confianza designado por la familia Orlandi - completó el análisis morfológico de los hallazgos encontrados en los osarios (varios cientos de estructuras óseas parcialmente intactas y miles de fragmentos).

Con todo, el consultor de parte ha hecho una solicitud para que se efectúen investigaciones de laboratorio sobre unos setenta hallazgos óseos. El profesor Arcudi y su equipo no han apoyado tal solicitud: constatan que esos huesos son de fechas muy antiguas. 

Por estos motivos, las muestras han sido analizadas y preservadas en la oficina de la Gendarmería Vaticana a disposición del Promotor de Justicia.

Buscar la verdad sobre el caso Orlandi

En el comunicar estas operaciones, la Santa Sede confirma su deseo de buscar la verdad sobre la desaparición de Emanuela Orlandi y niega categóricamente que esta actitud de plena cooperación y transparencia pueda significar de algún modo, como algunos han afirmado, una admisión implícita de responsabilidad. La búsqueda de la verdad redunda en interés de la Santa Sede y de la familia Orlandi.

Asimismo, el comunicado explica que la voluntad transparente de la Santa Sede ya se ha manifestado, además de en las investigaciones y exámenes en curso en el Camposanto Teutónico, en aquellas realizadas por las autoridades italianas, tras un informe de la Gendarmería Vaticana en la sede de la Nunciatura en Italia, en Villa Giorgina, para el que se comunicó el 3 de julio la solicitud de presentación de la Procura de la República ante el Tribunal de Roma.

Según las conclusiones de las autoridades italianas, que iniciaron el procedimiento de devolución de los huesos hallados en Villa Giorgina el pasado 25 de julio, la datación de los hallazgos no tienen relación alguna con el caso: están datados entre el año 90 y 230 d.C.