El Papa Benedicto XVI recordó en la Audiencia General de este miércoles y destacó que Dios "habla en el silencio, pero es necesario saberlo escuchar".

Desde su residencia en Castelgandolfo, el Santo Padre prosiguió el ciclo de catequesis sobre la oración y señaló que "los monasterios son oasis en los cuales Dios habla a la humanidad".

En este sentido, el Pontífice recordó que las órdenes religiosas han establecido siempre sus conventos en lugares apartados "como las montañas o la campiña" porque "unen dos elementos muy importantes para la vida contemplativa" como son "la belleza de la creación, que lleva a la del Creador" y "el silencio, garantizado por la lejanía de las ciudades y de las grandes vías de comunicación".

Así, el Papa resaltó que el silencio "es la condición ambiental que mejor favorece el recogimiento, la escucha de Dios y la meditación" y ha destacado que "ya el hecho de gustar el silencio, de dejarse llenar por el silencio, predispone a la oración".

Por último, el Pontífice destacó que "el silencio y la belleza del lugar en el que vive la comunidad monástica constituyen como un reflejo de la armonía espiritual que la comunidad misma busca realizar" y ha declarado que "no es una casualidad que muchas personas, especialmente en los momentos de pausa, visiten estos lugares" porque "el alma también tiene sus exigencias".