Santos Pacencio y Albina, mártires. 23 de septiembre.

En 1084 el papa San Gregorio VII (25 de mayo) autorizó el traslado de sus reliquias desde Roma hasta el monasterio de San Martín de los Campos, París, donde se comenzó a venerarles. Leyendas posteriores, para dar origen al culto, dicen que eran hermanos, y que Pacencio padeció el martirio imperando Antonino, entre los años 138 y 161. Por su parte, Albina quería servir al Señor en virginidad, y por ello rechazó a varios pretendientes hasta que uno de ellos la denunció por cristiana e igualmente fue martirizada. Pero lo dicho, solo es una leyenda sin fundamento, pues ni siquiera aparecen sus nombres en los martirologios antiguos.

A 23 de septiembre además se celebra a
San Lino, papa y mártir.
Santas Polixena y Xantipa, apóstoles.