El pasado 11 de julio moría Vincent Lambert entre una gran expectación mediática. Tras una larga y dura lucha legal, las autoridades francesas y el hospital pudieron más que los padres de este enfermo y finalmente lograron que se le dejara de alimentar y deshidratar hasta su muerte nueve días después.

El caso ha dado la vuelta al mundo y ha puesto de manifiesto la eutanasia encubierta y otros polémicos asuntos que se esconden detrás de la muerte de este francés. Uno de los que ha querido manifestarse sobre el caso Lambert ha sido el conocido  y polémico escritor Michel Houellebecq, autor de entre otras obras de Las partículas elementales o Sumisión.

El "ahínco" del Estado francés

En un escrito en Le Monde que recoge en español Páginas Digital, el escritor asegura que “el Estado francés ha logrado imponer lo que perseguía con ahínco” y que no era otra cosa que la muerte de Vincent Lambert.

Confiesa haberse quedado “estupefacto” cuando la ministra de “Solidaridad y Salud” presentó un recurso de casación para seguir con el proceso hacia la muerte de este paciente. “Estaba convencido de que el Gobierno permanecería neutral en este caso”, añade.

Por ello, Houellebecq lanza una dura crítica al sistema que ha propiciado esta muerte: “La sanidad pública está al límite y, si hay demasiados Vincent Lambert, corremos el riesgo de perder un montón de dinero (a propósito, me gustaría saber por qué: una sonda para el agua, otra para la alimentación, no me parece que suponga una intervención de alta tecnología, se podría hacer en el domicilio, se hace en la mayoría de los casos, y es lo que siempre han reclamado, a voces y con gran insistencia, sus padres)”.

"Un símbolo, a su pesar"

“¿Era necesario que muriera Vincent Lambert?¿Y por qué justo él, entre los miles de pacientes que en este momento se encuentran en las mismas condiciones en Francia?”, se pregunta el escritor.

De este modo, señala que le cuesta mucho quitarse de encima “la desconcertante sospecha de que Vincent Lambert ha muerto por una excesiva mediatización, por haberse convertido, a su pesar, en un símbolo. Para la ministra de Salud y ‘de Solidaridad’, se trataba de dar ejemplo. De ‘abrir una brecha’ en la mentalidad para hacerla ‘evolucionar’. Dicho y hecho. La brecha se ha abierto, no cabe duda”.