Shagufta Kausar y su marido Shafaqat Emmanuel son un matrimonio cristiano originario de Pakistán que tienen cuatro hijos. Ambos son analfabetos y ella no tenía teléfono en 2013, pero en su país, las evidencias no importan en exceso cuando se trata de acusaciones de blasfemia.

Como ha contado el hermano de Shagufta, Joseph Anwar, a Alfa y Omega, aquel año arrestaron al matrimonio, acusados de haber enviado mensajes blasfemos a un clérigo desde un teléfono móvil supuestamente registrado a nombre de la mujer.

Afirmó ser culpable para que no abusasen de su mujer

Ante la falta de evidencias, las autoridades torturaron a Shafaqat y amenazándolo con abusar de su mujer, afirmó ser culpable de un delito que nunca había cometido. “Ningún hombre puede soportar ver a su esposa siendo torturada”, afirmó el pakistaní.

En 2014, las autoridades fijaron la sentencia, que parecía irrevocable. Su condena, la pena capital, con la que se castiga el delito de “blasfemia” en virtud de una ley vigente en Pakistán desde 1985 en caso de “ofender a Mahoma” o dañar el Corán.

El matrimonio tuvo acceso al mismo abogado que llevó el caso de Asia Bibi, Saiful Malook, que llevó el caso bajo mucha presión y amenazas de muerte. Tuvo éxito, pero la familia está convencida de que la implicación del Parlamento Europeo en su caso fue definitiva.

Shafaqat Emmanuel junto a su mujer, Shagufta Kausar, ya libres y residiendo en Europa. (Foto cedida a Alfa y Omega por Joseph Anwar).  

El abogado de Asia Bibi y el Parlamento Europeo, "definitivos" en su liberación

El pasado mes de abril, el organismo europeo emitió una resolución contra la ley de la blasfemia, centrada en el caso del matrimonio, en la que instaba a las autoridades paquistaníes a poner en libertad “de forma inmediata e incondicional” al matrimonio y a anular la sentencia. “Las pruebas sobre las que se condenó a la pareja pueden considerarse profundamente defectuosas”, decía el texto. Y añadía: “Las leyes sobre blasfemia de Pakistán incitan al acoso, la violencia y el asesinato contras los acusados”.

Ocho años después, las apelaciones y recursos tuvieron éxito y el matrimonio ha sido puesto en libertad este mes de junio, después de que la Corte Superior de Lahore declarase nula la sentencia. Ya están a salvo en Europa.

“Han estado en un campo militar, donde para garantizar su seguridad no podían casi ni salir de su habitación” mientras, a contrarreloj, trataban de “arreglar los papeles de salida”. “Gracias a Dios han podido salir. Dan gracias a Dios y esperan que nadie pase por lo que han pasado ellos”, cuenta Anwar, en referencia a una ley que “debe ser abolida” porque; “la gente la usa para perseguir a los cristianos”.