Fran Maciá es el polémico alcalde de Callosa de Segura. El socialista, que quedó segundo en las elecciones y que gobierna gracias a una coalición con formaciones comunistas, ha emprendido una auténtica caza contra los vecinos que llevan más de un año protestando por la arbitraria decisión de quitar la cruz de la plaza de la iglesia al considerar que es un vestigio franquista.

El regidor no se esperaba la reacción ciudadana cuando durante más de un año los vecinos hicieron guardia para que no quitasen la cruz. Finalmente, y gracias al enorme dispositivo policial, logró eliminarla haciendo caso omiso a los vecinos, que recordaban que esa cruz era parte de las vivencias de los habitantes de Callosa y donde se fotografiaban tras las bodas o las comuniones.


Sin embargo, Maciá pretende seguir usando el rodillo para acabar con la resistencia de los vecinos. Esto ha quedado de manifiesto con el holograma de la cruz que se proyecta desde el balcón de una vecina en la pared de la iglesia.


Teresa es la vecina que cada día recibe 100 euros de multa por proyectar desde su balcón el holograma de la cruz

El alcalde ha intentado contrarrestar el holograma encendiendo la iluminación exterior de la iglesia que durante su mandato como regidor siempre había mantenido apagada. Como no lo ha conseguido ha pasado a la acción y cada día después de que Teresa Agulló, una vecina de más de 70 años, enciende el proyector la Policía Local acude a su domicilio para entregarle una multa de 100 euros.


La vecina asegura que no se dejará intimidar por el alcalde socialista y en declaraciones a La Gaceta asegura que “sufro una persecución por ser católica” pero incide en que “no me voy a rendir”. “Se ve que no era la Memoria Histórica sino que lo que molesta es la Cruz, nuestra religión”, agrega.


Así lucen numerosos balcones de Callosa de Segura


Los vecinos de Callosa han dejado claro al alcalde que seguirán luchando ante esta injusticia y cientos de balcones de la localidad ya lucen una balconera que muestra una imagen de la cruz eliminada de la plaza de la iglesia.

El día de la retirada de la cruz la propia parroquia también protestaba pues la cruz estaba en terrenos de su propiedad y se actuó sin comunicación previa, mostrando una vez más la intransigencia del Ayuntamiento, que según el párroco se moviía por “intereses y presiones políticas”.

Cabe recordar que aquella noche estaba presente el propio alcalde, que junto a concejales socialistas y comunistas, bromeaban y se reían mientras se producía la retirada, provocando aún más a los vecinos que se oponían.