La ofensiva de la ideología de género es global y especialmente radical en Occidente. Leyes, protocolos e incluso el lenguaje están siendo cambiados para sucumbir a esta nueva dictadura de lo “políticamente correcto”. Pasa en España y también en Reino Unido.

Sin embargo, todavía hay voces que se alzan para denunciar estas imposiciones. Lo ha hecho una importante periodista británica, Melanie Phillips, en su columna en el diario The Times, al afirmar que “la agenda LGTB es totalitarismo cultural”.

Phillips es una veterana periodista, nacida en 1951, que comenzó su carrera desde unos posicionamientos de izquierda y que en la década de los 90 viró hacia el conservadurismo, lo que la ha llevado a ser una firme defensora de la familia.

En su artículo, Phillips ponía como ejemplo el informe de la Oficina de Estadísticas Nacionales (ONS) de Reino Unido, que asegura que preguntar a las personas declarar su sexo es “irrelevante, inaceptable e intrusivo, particularmente para los transexuales”.


La columnista afirma que el documento de la ONS muestra que los hombres y mujeres “están siendo borrados” de los cuadros y documentos oficiales.

En su opinión, “la reasignación de género se está llevando a cabo a pesar de que muchos pacientes siguen gravemente angustiados e incluso se suicidan después de dicho tratamiento”.

En su columna en The Times que recoge The Christian Institute, Melanie Phillips agrega que también “las escuelas están cayendo una tras otra alentando el travestismo, fomentando falsa y peligrosamente en la mente de los niños como un problema existencial un deseo inmaduro de experimentar que de otro modo desaparece en gran medida con el tiempo".


Tampoco ahorró críticas la columnista al sistema de salud británico, el NHS, que tiene previsto aplicar un protocolo por el que preguntará a los pacientes mayores de 16 años acerca de su sexualidad.

Para Phillips esto es “absurdo” y perturbador” y acusó al sistema de salud de “tambalearse desde el cuidado de los enfermos hasta la coacción cultural no saludable”. A su juicio, se pretende “asaltar el derecho fundamental de los pacientes a la privacidad”.

En conjunto, considera que toda esta ofensiva LGTBI se ha convertido en un ejemplo de “totalitarismo cultural”, un “intento opresivo de diseñar la sociedad y la naturaleza en algo completamente diferente”.


Phillips ofrece a sus lectores ejemplos de hacia dónde se puede dirigir Reino Unido. Y para ello recordó la nueva ley aprobada en Canadá que prevé multas e incluso cárcel para aquellas personas que se nieguen a aprobar la transexualidad y que pueden ser acusadas de un delito de odio.

También destacó el ejemplo de la ciudad de Nueva York, que prevé grandes sanciones económicas para las personas que no se dirijan o no usen el pronombre elegido por la persona a la que se dirigen, en este caso las personas trans.