El Comité de Derechos Humanos de Naciones Unidas, organismo que promueve la ideología de género y el aborto mientras se enorgullece de ello, discutió el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, en el que participaron los estados miembros y asociaciones especializadas.

Uno de los apartados era el artículo 6 del derecho a la vida. Y la ONU abrió un plazo para hacer sugerencias para cambiar y mejorar el texto. Varios países han realizado estas propuestas, entre las que destaca la de Dinamarca, completamente marcada por la ideología de género.

Incluso en el derecho a la vida se cuela ya esta ideología. En el texto enviado por el país escandinavo a la ONU afirma: “en general, apoyamos el encuadre y las recomendaciones hechas en el párrafo 9 sobre el derecho a la vida de la persona embarazada. Sin embargo, observamos que al usar el término ‘mujer embarazada’, el Comité podría inadvertidamente estar restringiendo la aplicación de este párrafo y excluir a las personas transgénero que han dado a luz”.


Es decir, propone eliminar “mujer embarazada” por “persona embarazada” para ser políticamente correctos y no caer en lo que consideran transfobía.

En sus sugerencias a la ONU, Dinamarca afirma que “apoyamos la opinión del Comité de que los estados partes deben proporcionar acceso a un aborto seguro y no criminalizar a las niñas y mujeres que han sufrido un aborto, ni al proveedor del servicio. Finalmente, agradecemos que se recomiende a los estados parte que tomen medidas para prevenir embarazos no planificados a través de información y servicios adecuados y el reconocimiento de sus derechos reproductivos”.

Dinamarca es uno de los países referentes en la ideología de género y fue el primer estado del mundo, tal y como recuerda Actuall, que eliminó el concepto transgénero del listado de enfermedades mentales.


Sin embargo, la recomendación realizada por Dinamarca no es algo nuevo. En Reino Unido, la Asociación Médica Británica facilitó a principios de año a sus 160.000 médicos afiliados un manual de lenguaje en el lugar de trabajo y así adecuarlo a las exigencias de grupos LGTB.

La guía, que sustituye a una similar de 2006 incorporándole las nuevas exigencias del lobby LGTBI, recomienda a los doctores  no utilizar el término "madre" para referirse a las mujeres embarazadas  ya que podría herir la sensibilidad de "individuos que han dado a luz y no se identifican como mujeres".