Adriano Celentano, el famoso cantante italiano de 73 años, volvió a estar en el ojo de la polémica tras su paso por el festival de Sanremo 2012.

Ante una audiencia de más de 14 millones de televidentes, Celentano, que estaba invitado para amenizar el famoso consurso musical, alternó su música de siempre con largos monólogos cargados de críticas.

En su repaso no dejó títere con cabeza. Arremetió contra el mundo financiero, el Tribunal Constitucional, un periodista del Corriere della Sera, Sarkozy y Merkel. 

Pero en sus críticas también alcanzó a la Iglesia, no tanto para lanzar una diatriba anticlerical, como algunos periodistas han creído entender, sino en plan mosca cojonera, algo así como un aguijón que quiere despertar un cuerpo dormido.

Celentano levantó la voz para pedir a curas y frailes que cumplan con su principal deber: "Hablar del Paraíso". Para a continuación polemizar con las dos publicaciones católicas impresas de mayor tirada y prestigio en Italia: el diario Avvenire, propiedad de la Conferencia episcopal italiana; y el semanario Famiglia Cristiana, con una tirada semanal de más de un millón de copias, y propiedad de los paulinos.

Celentano, en plan provocador, reprochó a ambas cabeceras que hablaban demasiado de política y poco de Dios, y pidió el cierre de esos medios.

Desde algunos medios católicos la respuesta no se hizo esperar, calificando a Celentano de ser un "ignorante".

Asimismo, entre los directivos de la RAI, la televisión pública que retransmitía el certamen, hubo iiritación al considerar que el cantante se había extralimitado en sus críticas a diestro y siniestro, abusando así de la plataforma que le había ofrecido ese servicio público
que es la RAI.