El pasado sábado 11 de septiembre, la joven Beatriz Berne tomó los hábitos como benedictina en el Monasterio de Santa Cruz en Sahagún (León). De este modo, esta zaragozana de 31 años deja atrás un año como postulante para ser novicia y convivir junto a una docena más de religiosas.

En una ceremonia todavía marcada por los límites que impone la pandemia, pero no por ello exenta de emoción, Beatriz continua este recorrido vocacional que inició gracias a la actividad que este monasterio realiza a través de las redes sociales y que propició que esta joven haya acabado en Sahagún.

De hecho, la última vez que se celebró una vestición de hábito en este monasterio fue hace siete años cuando llegó Sor Marta, conocida como la “monja youtuber”, y en buena parte causante de que esta maestra de Zaragoza que sentía la llamada a la vida contemplativa acabara allí y no en otro convento.

De profesión maestra, Beatriz asegura, tal y como recoge el Diario de León, que siempre tuvo clara la llamada de Dios, pero confiesa que estaba un poco perdida. Cuenta que “nada de lo que me ofrecía la vida en ese momento me satisfacía, y no sabía muy bien porqué”.

Afirma que llevaba una vida normal, como la de cualquier chica de su edad: “salía con mis amigos, íbamos de cena, pero no encontraba felicidad en nada de eso, me faltaba algo y no sabía muy bien el qué”.

Buscando ese sentido, esa felicidad que anhelaba empezó a percatarse que quizás Dios la estaba llamando para entregarse a Él. Beatriz pasó por un tiempo de discernimiento y fue en ese proceso como casi por casualidad conoció a las benedictinas de Sahagún. “En ese momento tiré un poco de Youtube para conocer testimonios de chicas con inquietud vocacional y lo conocí así”, relata en un vídeo publicado por su ahora comunidad.

Le llamó mucho la atención y se decidió a escribir un correo electrónico, “pero sorprendentemente –explica la joven novicia- no recibí respuesta. Me sentí un poco ignorada”. Pero lejos de desanimarse o darse por vencida dos días después encontró un teléfono móvil y escribió un mensaje de Whatsapp. “Yo no sabía a quién escribía, pero entré en contacto con la madre abadesa y sí encontré respuesta”, afirma.

“Sentí que ese podría ser mi camino", apreciación que confirmó Beatriz al desplazarse a Sahagún para conocer a la abadesa. Sin embargo, todo el proceso estuvo muy marcado por la pandemia. Recuerda que “la primera vez que visitó el monasterio “fue la semana anterior a que se declarara el estado de alarma” y que posteriormente para la entrada como postulante ella hubiera querido que fuera el 12 de octubre, festividad de la Virgen del Pilar, porque es de Zaragoza. Pero tampoco pudo ser por la situación del virus en Sahagún. Al final todo se adelantó de manera precipitada pero ella es feliz de haber tomado esta decisión de entregarse a Cristo.

Belén, antes de la toma de hábitos / Foto: Diario de León

“Mi familia al principio se lo tomó mal, acababa de sacar la oposición de profesora y tenía más o menos la vida resuelta, no lo entendían del todo”, agrega Beatriz, contenta de haber estado acompañada por su familia en un día tan especial, aunque su abuela, “a la que en parte debo mi fe”, reconoce ella, no pudo estar presente físicamente en Sahagún.

Sus amigos no se sorprendieron tanto de su decisión de convertirse en religiosa. Es más, cuenta Beatriz que cuando se lo anunció “no les extrañó para nada, porque siempre me vieron muy cerca del Señor, parece incluso que ellos lo sabían antes que yo”.

Beatriz anima a otros jóvenes que están en búsqueda a que no tengan miedo, que sean valientes. “Muchos se lo plantean, pero no lo hacen por miedo, por no romper su vida, no arriesgan, buscan lo fácil”, asegura esta novicia, que lamenta que “muchas vidas se pierden al buscar la felicidad y tomar el camino equivocado”.

La llegada de esta joven supone un espaldarazo a estas benedictinas que durante un tiempo han visto la importancia de internet y de los testimonios para ayudar a chicas que sientan esa inquietud vocacional.

Sor Marta, cuyo vídeo vio Beatriz, se encarga de las redes sociales y es incluso una “monja youtuber”. Esa presencia y estos testimonios pueden servir de faro a otros, y esta nueva novicia es un claro ejemplo de ello.