Ulf Ekman era el pastor pentecostal más influyente en Suecia siendo definido por la Alianza Evangélica como el “líder cristiano más dinámico e influyente que hemos tenido en Suecia en el último medio siglo”. Cuando los centros protestantes suecos apenas reunían a decenas de personas cada semana él atraía a más de 3.000 personas en la comunidad Palabra de Vida.

Junto a su esposa Birgitta eran también incansables misioneros creando comunidades en varios países así como una ONG de ayuda a niños en la India. Hasta que en 2014, y tras más de 30 años al frente de esta comunidad, sorprendieron a todos anunciando su conversión al catolicismo.


Fue inesperado pero este matrimonio llevaba ya años recorriendo un camino hacia la Iglesia Católica tras leer el Catecismo, la Doctrina Social, su historia y muchas de sus enseñanzas. Al final llegaron al convencimiento de que estaban llamados al catolicismo.


Ulf Ekman, aun como pastor pentecostal, en un viaje a Israel

En este proceso de discernimiento y de conocimiento de la Iglesia Católica, Ulf y Birgitta Ekman fueron a su vez conociendo  y descubriendo a la Virgen, desprendiéndose de prejuicios hasta llegar a un amor profundo a la Madre de Dios.

En el libro El gran descubrimiento, Nuestro viaje hacia la fe católica (Rialp) este matrimonio habla de cómo se fue produciendo esta conversión al catolicismo y dedica varios puntos al papel que desempeñó la Virgen María.

En 2003 estando en Jerusalén fueron a la iglesia ortodoxia armenia de San Marcos. Allí una monja iraquí, relata Birgitta, les mostró “una icono de la Virgen con el Niño, y nos contó los milagros tan asombrosos que se habían producido por intercesión de María. Estábamos asombrados, pero nuestras incertidumbres protestantes nos obligaban a callar”. Sin embargo, una pregunta les empezó a rondar en su corazón: “¿era posible de verdad rezarle a la Virgen?”.


Poco a poco fueron conociendo a más personajes católicos, sacerdotes, laicos e incluso obispos. Mientras tanto, la inquietud crecía en este matrimonio pero aún tenía que vencer ciertos prejuicios.

“Me influía la cultura protestante de mi país. La actitud sueca hacia la Iglesia Católica consiste en considerarla como algo ajeno a nuestra cultura, propia del sur de Europa, llena de cosas curiosas”, reconoce la mujer del expastor.


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Pero la Virgen María seguía llamándoles poderosamente la atención. Empezaron a leer libros sobre Ella pues “despertaron en mí muchas preguntas sobre María y los dogmas católicos que la rodean” por lo que empezó a “leer para intentar comprender”.


Estas lecturas y el conocer a personas que amaban a María generó dudas en la fe de Birgitte. Cuenta en el libro que “en mi mundo protestante jamás se me había explicado cierta verdad teológica: el papel de María en la Encarnación”.

El problema entonces era que si Jesús “es nacido de mujer, ¿cómo se libra de compartir el pecado heredado por toda la humanidad?”. Algunas iglesias protestantes no creían en el pecado original. Ellos, sin embargo, sí. Pero las dudas seguían surgiendo: “¿acaso Jesús no es hijo de María, carne de su carne?”.


Este matrimonio sueco en un encuentro reciente con el Papa Francisco

Se fueron percatando que las enseñanzas del protestantismo sobre la Virgen no se sostenían, “sino que más bien estaban implicadas en antiguas herejía en la historia de la Iglesia”.


¿Cómo puede estar Jesús libre de pecado, si nació de una mujer perteneciente a la humanidad pecadora? Esta era la pregunta latente. El deseo de entender todo este misterio era cada vez mayor hasta que por fin, cuenta la mujer, lo entendió. Y fue gracias a la Anunciación cuando el arcángel llamó “llena de gracia” a María.

“Como cristiana ya entendía que, para que fuese posible la Encarnación, la mujer que iba a dar a luz a Jesús necesitaba una gracia especial. Pero también tenía que estar libre de las consecuencias del pecado original, para ser la colaboradora de Dios de esta manera tan íntima, para llevar en su vientre  al Hijo de Dios y traerlo al mundo”, relata.

¿Cómo y cuándo se preparó la Virgen? En el Catecismo y sobre todo en los escritos de San Juan Pablo II encontró la respuesta que sería definitiva. El Papa polaco afirmaba que “la elección de María es del todo excepcional y única. De aquí, la singularidad y unicidad de su lugar en el misterio de Cristo” y además añadía que “en virtud de la riqueza de la gracia del Amado, en razón de los méritos redentores del que sería su Hijo, María ha sido preservada de la herencia del pecado original”.


Al entender esta explicación católica Birgitte pudo por fin encajar todas las piezas del rompecabezas. “Hasta aquel momento había creído en el Nacimiento Virginal, y ahora también podía decir que creía en la Inmaculada Concepción. Qué felicidad”, cuenta.

Esto le hizo que las Escrituras también se le iluminaran de otro modo, sobre todo en el Antiguo Testamento descubriendo “que María también tenía prefiguraciones en la historia de Israel. Así que continué con mis estudios marianos en mi tiempo libre durante muchos años.

Su fascinación por María fue creciendo con los años y pese a seguir siendo protestantes eran en la práctica personas de gran devoción mariana. Y así llegaron a Lourdes, queriendo resolver otras dudas como era la cuestión de los milagros.


Lourdes fue otra de sus etapas de comprensión de la figura de María en su viaje hacia al catolicismo

“Resultaba fascinante leer lo que ocurrió en Lourdes”, escribe Ulf, que confiesa no podía escapar a algo que le sorprendió muchísimo, el cristocentrismo en el que giraba este lugar: “En Lourdes, Jesús ocupa indudablemente el centro de todo, aunque María tenga un lugar muy elevado como Madre suya”.


Con respecto a los milagros, el todavía pastor pentecostal aseguraba que los producidos en Lourdes “son de un tipo del que apenas había oído hablar, y jamás había visto”.

Además, este matrimonio tenía un apartamento en España y acudían a una parroquia de Marbella. Birgitte recuerda también la procesión mariana que vieron aquel día por las calles de Fuengirola. “Nos mezclamos con la multitud, y era palpable la sensación de solemnidad y amor por la Madre de Dios. No soy demasiado sentimental ni emocional, pero recuerdo que me conmovió lo que experimenté allí”.

Ya entonces rezaban “por una renovada apreciación de María en el cristianismo sueco”, donde la Madre de Dios estaba muy olvidada. Sin saberlo estaban llegando a las puertas de la Iglesia Católica.

Poco antes de dar el paso fueron a Guadalupe. Allí se dieron cuenta de que Ulf no podía seguir siendo pastor. Lo dejó todo atado, se nombró un sucesor y además uno de sus hijos anunció su conversión al catolicismo. Ellos se alegraron enormemente y poco después este matrimonio anunciaba su entrada en la Iglesia Católica en un proceso en el que la Virgen tuvo mucho que ver.

Artículo originariamente publicado en Cari Filii News